Malaquías 2:4 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
4-5 »Si les advierto esto, es para que sepan que quiero cumplir el pacto que hice con Leví, el antepasado de ustedes. Con ese pacto me comprometí a darle vida y paz; Leví, por su parte, se comprometió a respetarme y honrarme, y así lo hizo. Yo soy el Dios todopoderoso, y les juro que así fue.
4 Entonces por fin sabrán que fui yo quien les envió esta advertencia, para que mi pacto con los levitas continúe», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
«El día en que le quité la vida al primer hijo de cada familia egipcia, decidí que los israelitas debían entregarme todo primer hijo varón, tanto de personas como de animales. En lugar de sus hijos quiero que me consagren a los descendientes de Leví para que estén a mi servicio y me pertenezcan de manera especial. Yo soy el Dios de Israel».
El que viene después de mí separará a los buenos de los malos. A los buenos los pondrá a salvo, pero a los malos los echará en un fuego que nunca se apaga.»
“No tenemos nada que ver con ustedes. Por eso, hasta el polvo de su pueblo lo sacudimos de nuestros pies. Pero sepan esto: ya está cerca el reino de Dios”.
Tú les tienes preparado su castigo, pero ellos ni siquiera se dan cuenta. ¡Demuéstrales cuánto nos amas, para que sientan vergüenza! ¡Destrúyelos con tu enojo!
«Los descendientes de Leví me pertenecen y ocuparán el lugar de todos los primeros hijos varones de los israelitas. También el ganado de ellos me pertenece en lugar del ganado del pueblo. Como los primeros hijos varones de los israelitas son más numerosos que los descendientes de Leví, se podrá rescatar a los doscientos setenta y tres que hay de más. Para rescatarlos se pedirá a cada persona cinco monedas de plata, de once gramos cada una. Esa es la cantidad aprobada para las ofrendas que se entregan en el santuario. Ese dinero les pertenece a Aarón y a sus descendientes. Yo soy el Dios de Israel».
El Dios todopoderoso ha dicho: «¡Miren al mensajero de mi pacto! Ustedes esperan su llegada, y él ya se ha puesto en marcha. Lo estoy enviando delante de mí, para que me prepare el camino. Cuando menos lo esperen, yo entraré en mi templo. Yo soy el Dios todopoderoso, a quien ustedes buscan. »Mi mensajero ya viene. Pero, cuando llegue, nadie va a poder resistir su presencia. ¡Ese día nadie va a poder mantenerse en pie! Mi mensajero es como el fuego que purifica los metales; es como el jabón que limpia la mugre.
»Para el servicio en el santuario del pacto, tú y tus descendientes podrán pedir la ayuda de sus hermanos de la tribu de Leví. Yo mismo los elegí de entre todas las tribus de Israel, y ahora se los entrego a ustedes para que los ayuden en su servicio en el santuario. Ellos podrán ayudarlos, aunque no podrán tocar los objetos sagrados del santuario ni del altar. Si lo hacen, tanto ellos como ustedes morirán. »Solo ustedes podrán trabajar como sacerdotes en el altar y en el Lugar Santísimo. Solo ustedes cuidarán del altar y de todos los objetos sagrados que hay en el santuario. Los demás descendientes de Leví podrán estar con ustedes, y ayudarlos en todo lo que hagan. Pero no permitirás que nadie más se acerque a ustedes. Cumplan con esto, y no volveré a enojarme con los israelitas, ni a castigarlos. Cualquiera que haga trabajos sacerdotales y no sea sacerdote, será condenado a muerte».
Él demostró que me quiere, y logró que yo perdonara a los israelitas; por esa razón, hoy hago un trato especial con él y con sus descendientes: ellos serán siempre mis sacerdotes».
No le dan ninguna importancia a mi templo; al contrario, dejan entrar en él a extranjeros, que ni en su cuerpo ni en su mente llevan la señal de mi pacto. Dejan en manos de esa gente el culto en el templo, que es algo muy especial y que a ustedes les corresponde hacer. Además, ustedes me faltan al respeto, pues me presentan grasa y sangre como ofrenda. Con esos actos repugnantes, ustedes faltan a mi pacto.