4-6 ¡Que borren del calendario ese día! ¡Que nadie se acuerde de él, ni siquiera el Dios del cielo! ¡Que sea arrojado en las tinieblas y todos se olviden de él!
El quinto ángel vació su copa sobre el trono del monstruo, y su reino quedó en la oscuridad. La gente se mordía la lengua de dolor, porque las llagas los hacían sufrir mucho. Pero ni aun así dejaron de hacer lo malo, sino que ofendieron a Dios por el dolor que sentían; ¡ofendieron a Dios, que vive en el cielo!
¡Qué mal les va a ir a ustedes, los que esperan con ansias el día de mi llegada! ¡No saben lo que les espera! ¡No será un día de luz, sino un día de terrible oscuridad!
Será un día de gran oscuridad, un día de nubes y de sombras. »Un ejército grande y poderoso se extenderá sobre los montes, y caerá sobre toda la tierra como las sombras al anochecer. No hubo antes, ni habrá después, otro ejército que se le parezca.