13 »Yo soy quien hizo el viento y las montañas; yo soy quien convierte la luz del día en oscuridad; yo soy quien comunica sus planes a la humanidad entera; yo soy el que camina por las alturas de la tierra; ¡yo soy el poderoso Dios de Israel!»
13 Porque he aquí, el que forma los montes, y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.
13 Pues el Señor es quien formó las montañas, agita los vientos y da a conocer sus pensamientos a la humanidad. Él convierte la luz del amanecer en oscuridad y marcha sobre las alturas de la tierra. ¡El Señor Dios de los Ejércitos Celestiales es su nombre!
13 Porque ahí viene el que forma los montes y crea el viento, el que enseña al hombre la manera de reflexionar, el que tramó el mal contra esa gente, una desgracia tan grande que no podrán hacerle el quite ni caminar con la frente en alto.
13 El que formó los montes° y creó el viento, El que descubre al hombre sus pensamientos, El que hace salir la aurora de las tinieblas,° Y pisa sobre las alturas de la tierra, Se llama YHVH ’Elohey Sebaot.
13 Mirad que es Él quien forma las montañas y crea el viento, quien descubre al hombre su designio, quien hace la aurora y las tinieblas, quien camina por las cumbres de la tierra. Yahveh, Dios Sebaot, es su nombre.
»Yo soy quien hizo todas las estrellas del cielo; yo soy quien convierte la luz del día en oscuridad, y la oscura noche en día; yo soy quien manda a las nubes que vengan y rieguen la tierra; yo soy quien derriba murallas y quien convierte grandes fortalezas en un montón de ruinas; ¡yo soy el Dios todopoderoso!
Dios hizo su casa en el cielo, pero puso las bases en la tierra. Dios llama a las aguas del océano, y las derrama sobre la tierra. ¡Nuestro Dios es todopoderoso!
Yo mismo, no soy más sabio que nadie. Pero en el cielo hay un Dios que conoce todos los misterios. »Mientras Su Majestad dormía, pensaba mucho en el futuro y comenzó a soñar. Pues bien, Dios ha hecho ver a Su Majestad, en esos sueños, lo que está por suceder. Y a mí, me ha dado a conocer el significado de esos sueños.
Den honra a nuestro Dios, antes de que él mande las tinieblas y ustedes tropiecen en la oscuridad. La salvación que ustedes esperan, Dios la cambiará en profunda oscuridad.
¡Dichoso tú, Israel, pues Dios te ha rescatado! Dios te protege y te ayuda. ¡No podrías tener mejor defensa! ¡Tú humillarás a tus enemigos, y los pondrás bajo tus pies!»
Dios me dio este mensaje para los israelitas: «Yo soy el Dios todopoderoso. Yo fui quien extendió los cielos y afirmó las bases de la tierra. Yo soy quien dio vida a todos los seres humanos.
Isaías dijo: «Dios puede medir el océano con la palma de su mano. Puede calcular con los dedos toda la extensión del cielo. Dios es capaz de recoger todo el polvo de la tierra, y de pesar en una balanza los cerros y las montañas.
Dios los llevó triunfantes por las altas montañas del país. Les dio a comer frutas del campo; de una piedra sacó miel para endulzarles los labios, y de una dura roca sacó el aceite que necesitaban.
la cual siguió alumbrando el camino a los israelitas, pero dejó en la oscuridad al ejército egipcio. En toda esa noche los egipcios nunca pudieron alcanzar a los israelitas.
El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu.
Nuestro Dios, el todopoderoso, claramente ha dicho: «¡Ya no quiero a los israelitas! ¡Se sienten muy orgullosos de sus hermosos palacios! Por eso voy a entregarlos, a ellos y a su ciudad, en manos de sus enemigos.
»Basta con que Dios hable para que rujan los cielos y aparezcan las nubes en el horizonte. En medio de fuertes relámpagos y de vientos huracanados, Dios hace que llueva.
»Basta una palabra de Dios para que rujan los cielos y aparezcan las nubes en el horizonte. En medio de fuertes relámpagos, y de vientos huracanados, Dios hace que llueva.
En el momento indicado, esa nación atacará a Israel con la fuerza de un mar tormentoso. Entonces la tierra quedará envuelta en tinieblas, y la luz del día se perderá entre oscuros nubarrones. ¡Israel quedará muy angustiada!»
Dios nos trae las nubes desde lo más lejano de la tierra. Dios nos manda los relámpagos que anuncian la lluvia. Dios saca el viento del lugar donde lo tiene guardado.
Será un día de gran oscuridad, un día de nubes y de sombras. »Un ejército grande y poderoso se extenderá sobre los montes, y caerá sobre toda la tierra como las sombras al anochecer. No hubo antes, ni habrá después, otro ejército que se le parezca.
»Ustedes, los que viven en Egipto, vayan empacando lo que tienen, porque serán llevados prisioneros; la capital será destruida y quedará en ruinas y sin gente. »Les juro por mí mismo que el enemigo que viene se parece al monte Tabor, que sobresale entre los montes; se parece al monte Carmelo, que está por encima del mar. ¡Yo soy el Dios todopoderoso! ¡Yo soy el único Rey!