»¡Lloren ustedes, los que viven en Hesbón, porque su ciudad quedará en ruinas! ¡Griten ustedes, las que viven en Rabá! ¡Vístanse de luto y hagan lamentos! Corran de un lado para otro, dentro de los muros de la ciudad, porque su dios Milcom y sus sacerdotes serán llevados a otro país, junto con sus oficiales.
y por eso voy a castigarlos. Voy a dejar que las naciones se apoderen de todo lo que ustedes tienen. De tal manera los destruiré, que ustedes desaparecerán de entre los pueblos. Así reconocerán que yo soy el Dios de Israel”.