Después de eso vi más visiones nocturnas, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y fuerte en gran manera, teniendo grandes dientes de hierro, con los cuales devoraba y descuartizaba, y lo sobrante lo aplastaba con sus patas. Era muy diferente de todas las bestias que había visto antes, y tenía diez cuernos.
Cuando se cierren las puertas de la calle,° por ser débil el sonido del molino,° Y uno se despierte con el gorjeo del pajarillo,° Y enmudezcan todas las hijas del canto.°