Job 37:3 - La Biblia Textual 3a Edicion

³ Suelta por debajo de todos los cielos sus relámpagos, Que alcanzan hasta los extremos del orbe.

Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

³ Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz hasta los fines de la tierra.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³ Resuena por todo el cielo y sus relámpagos brillan en todas direcciones.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³ por la inmensidad del cielo arroja su relámpago que llega a los extremos de la tierra.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³ Por todos los cielos lanza el relámpago, que llega a los confines de la tierra.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

³ Debajo de todo el cielo lo dirige, y su luz hasta los confines de la tierra.

Job 37:3 Eitobir Enkop

Mateo 24:27

Porque como el relámpago sale de oriente y brilla hasta occidente, así será la venida° del Hijo del Hombre.°

Job 38:13

A fin de que tome los bordes de la tierra, Y sacuda de ella a los malvados,

Isaías 11:12

Y alzará pendón ante las naciones, Para juntar a los desterrados de Israel, Y congregar a los esparcidos de Judá, De los cuatro extremos de la tierra.

Apocalipsis 11:19

Y el santuario de Dios en el cielo se abrió, y en su santuario fue vista el arca de su pacto, y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto,° y grande granizo.°

Salmos 97:4

Sus relámpagos iluminan el orbe, La tierra mira y se estremece.

Salmos 77:13

¡Oh ’Elohim, en santidad es tu camino! ¿Qué dios es tan grande como ’Elohim?

Job 28:24

Porque contempla hasta los confines del orbe, Y ve cuanto hay bajo los cielos,

Job 28:26

Cuando dicta una ley para la lluvia, Y un sendero a relámpagos y truenos.

Job 37:4

Tras ellos ruge su voz, Atruena con voz majestuosa, Y una vez oída su voz, no los detiene.

Job 37:11

Carga de humedad las densas nubes, Y dispersa las nubes de tormenta,

Job 37:12

Que giran y dan vueltas conforme a sus designios, Para cumplir sus encargos sobre la faz del orbe,

Job 38:35

¿Despacharás a los relámpagos, Para que vengan y te digan: ¡Aquí estamos!?