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- sáálî...Enekuu -





Job 29:16 - La Biblia Textual 3a Edicion

16 Era el padre de los pobres, Y de la causa que no conocía, me informaba con diligencia.

em-bólúnotó Nkera


Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

16 A los menesterosos era padre, Y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia;

em-bólúnotó Nkera

Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Era un padre para los pobres y ayudaba a los extranjeros en necesidad.

em-bólúnotó Nkera

Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Era el padre de los pobres, y me preocupaba por la causa del desconocido.

em-bólúnotó Nkera

Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Para los indigentes fui padre, examiné la causa del desconocido.

em-bólúnotó Nkera

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

16 Yo era padre para el pobre, y de la causa que no entendía, me informaba con diligencia;

em-bólúnotó Nkera




Job 29:16
19 Eitobir Enkop  

Preocupa al justo la causa del pobre, Y el malvado no lo entiende.


Gloria de Dios es encubrir un asunto, Pero honra del rey es escudriñarlo.


Padre de huérfanos y protector de viudas, Es ’Elohim en la morada de su Santuario.


(Aunque desde mi juventud creció éste conmigo como con un padre, Y lo guié desde el seno materno.)


Apartan de sí a los necesitados, De modo que los miserables tienen que esconderse.


Éste había criado a Hadasa (que es Ester), hija de un tío suyo,° porque ella no tenía padre ni madre, y la muchacha era de bella figura y hermosa apariencia. Cuando murieron su padre y su madre, Mardoqueo la tomó como hija suya.


Sed pues imitadores de Dios, como hijos amados,


inquirirás e investigarás, y preguntarás con diligencia; y si es verdad el hecho que tal abominación fue cometida en medio de ti,


para juzgar al pueblo en todo tiempo. Ellos juzgaban todo asunto sencillo y el asunto difícil lo llevaban a Moisés.


La religión pura y sin mácula delante del Dios y Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación, y guardarse a sí mismo sin mancha del mundo.


He aquí tú enseñabas a muchos, Y fortalecías las manos débiles.


Y lo vestiré con tu túnica y lo ceñiré con tu cinto, Y entregaré en su mano tu poder, Y será por padre a los habitantes de Jerusalem y a la casa de Judá.


Ocurrió entonces que al oír su amo las palabras que su mujer le había hablado, diciendo: Así me ha tratado tu esclavo, se encendió su furor.


Y el rey dijo a la mujer: Ve a tu casa, que yo daré orden respecto a ti.


¿Acaso no lloré por el de vida dura, O no se contristó mi alma por el menesteroso?


¿Acaso los siervos de mi tienda no decían: ¿Quién podrá hallar a alguno que no se haya saciado con su° alimento?


El forastero no pasaba la noche en la calle, Yo abría mis puertas al viajero.


O-osiaa:

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