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- sáálî...Enekuu -





Isaías 57:10 - La Biblia Textual 3a Edicion

10 En el largo camino te cansaste, Pero no dijiste: Desistiré; Sino que hallaste en ello el avivamiento de tu fuerza, Y no te desalentaste.

em-bólúnotó Nkera


Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

10 En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Se han cansado en su búsqueda, pero nunca se han dado por vencidos. El deseo les dio nuevas fuerzas, y no se fatigaron.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Te has cansado de tanto caminar, pero no dijiste: 'No sigo más', pues renovabas tus energías, y no te agotaste.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Por tu largo viaje te cansaste, pero no dijiste: '¡Es desesperante!'. La vitalidad de tu falo hallaste, por eso no desfalleciste.

em-bólúnotó Nkera

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 En la multitud de tus caminos te cansaste, mas no dijiste: No hay esperanza. Hallaste la vida de tu mano, por tanto, no te desalentaste.

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Isaías 57:10
12 Eitobir Enkop  

Guarda tu pie de andar descalzo, Y tu garganta de la sed; Pero dijiste: ¡No hay remedio, no; A extranjeros° he amado, y tras ellos he de ir!


Pero ellos responderán: Es inútil, porque seguiremos andando en pos de nuestros propios designios, y cada cual seguirá tras la obstinación de su malvado corazón.


¡Oh YHVH!, ¿acaso tus ojos no buscan° la verdad? Los castigaste, pero no se dolieron,° Los consumiste, pero se negaron a recibir corrección. Endurecieron sus rostros más que la roca, Rehúsan volverse a ti.


Así que, en un tiempo, yo vivía sin ley; pero cuando vino el mandamiento, el pecado revivió,


¿No procede de YHVH Sebaot que los pueblos trabajen para el fuego y las naciones se fatiguen en vano?


Pero vano es el esfuerzo, pues ni con el fuego suelta de sí su mucho verdín.


Cada uno engaña a su compañero, y no habla verdad; Han adiestrado su lengua a la mentira, Y se pervierten hasta el cansancio.


Los aguaceros eran retenidos, Las lluvias tardías° no venían, Y tú, ramera descarada, Te negabas a avergonzarte.


¡Cuán frívola eres para cambiar de rumbo! También serás avergonzada por Egipto, Como fuiste avergonzada por Asiria.


Estás perdida en la multitud de tus consejos; ¡Levántense ahora los que reparten los cielos, Y los que contemplan las estrellas, y los pronosticadores° Y que te salven de lo que te sobrevendrá!


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