Génesis 43:20 - La Biblia Textual 3a Edicion

²⁰ y dijeron: ¡Ay, señor mío!° Nosotros ciertamente bajamos al comienzo a comprar alimento,

Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

²⁰ Y dijeron: Ay, señor nuestro, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar alimentos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁰ —Señor —le dijeron—, ya vinimos a Egipto una vez a comprar alimento;

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁰ Perdón, mi señor, pero ya vinimos una vez a comprar grano,

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁰ diciéndole: 'Escucha, señor. Nosotros bajamos ya otra vez a comprar víveres;

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁰ Y dijeron: Ay, señor mío, nosotros en realidad de verdad descendimos al principio a comprar alimentos:

Génesis 43:20 Eitobir Enkop

Génesis 42:3

Bajaron, pues, diez de los hermanos de José a comprar el grano de Egipto,

Génesis 42:10

Pero ellos le dijeron: No, señor mío, sino que tus siervos vinieron a comprar alimento.

Génesis 43:7

Y ellos dijeron: Aquel hombre nos preguntó expresamente acerca de nosotros y de nuestra parentela, diciendo: ¿Vive aún vuestro padre? ¿Tenéis otro hermano? Y le declaramos conforme a estas preguntas. ¿Acaso sabíamos nosotros que él diría: Haced bajar a vuestro hermano?

Génesis 43:3

Y Judá le respondió, diciendo: Aquel hombre nos advirtió seriamente, diciendo: No veréis mi rostro a menos que vuestro hermano venga con vosotros.

Génesis 42:35

Y sucedió que al vaciar ellos sus sacos, he aquí la bolsa de plata de cada uno estaba en su saco. Y al ver ellos y su padre las bolsas de plata, tuvieron temor.

Génesis 42:27

Pero en el mesón, al abrir uno su saco para dar forraje a su asno, he aquí vio que su plata estaba en la boca de su costal.

Génesis 43:19

Entonces se acercaron al hombre que estaba a cargo de la casa de José, y le hablaron a la puerta de la casa,

Génesis 43:21

pero sucedió que cuando llegamos a la posada y abrimos nuestros costales, he aquí la plata de cada uno estaba en la boca de su costal, nuestra plata en su justo peso. Por eso la hemos vuelto traer en nuestras manos.

1 Reyes 3:17

Y dijo una de las mujeres: ¡Ay, señor mío! Esta mujer y yo habitamos en la misma casa; y di a luz mientras estaba con ella en la casa.