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Apocalipsis 1:13 - La Biblia Textual 3a Edicion

13 y en medio de los siete° candelabros, a uno semejante al Hijo del Hombre,° vestido de una túnica talar° y ceñido a la altura del pecho con una faja de oro°.

em-bólúnotó Nkera


Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Y de pie en medio de los candelabros había alguien semejante al Hijo del Hombre. Vestía una túnica larga con una banda de oro que cruzaba el pecho.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 y en medio de los candeleros vi como a un hijo de hombre vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y un cinturón de oro a la altura del pecho.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ceñido a la altura del pecho con un ceñidor de oro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

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Apocalipsis 1:13
15 Eitobir Enkop  

Proseguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí con las nubes de los cielos venía uno como hijo de hombre, y llegó hasta el Anciano de días, y lo hicieron acercarse ante Él.


Pero he aquí, algo como una semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me quedan fuerzas.


y del santuario salieron los siete ángeles que tienen las siete plagas, vestidos de lino puro y resplandeciente, y ceñidos alrededor del pecho con fajines de oro.


Y miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre,° que tenía en su° cabeza una corona de oro, y en su mano una hoz afilada.


Luego puso sobre él la túnica, lo ciñó con el cinto, lo vistió con el manto, le puso el efod y lo ciñó con el cinto tejido del efod, envolviéndolo en él.


Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo vestido era blanco como la nieve, y cuyos cabellos eran como lana purísima. Su trono era de llamas de fuego, y éste tenía ruedas de fuego abrasador.


La justicia será el cinto de sus lomos, Y la fidelidad, ceñidor de su cintura.


Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino Uno que ha sido tentado en todo según nuestra semejanza, pero° sin pecado.


La banda tejida que el efod llevaba encima era del mismo material y de la misma hechura: de oro, azul, púrpura, carmesí y torzal de lino fino, como YHVH había ordenado a Moisés.


Escribe al ángel° de la iglesia en Éfeso. Esto dice el que sostiene° las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candelabros de oro:


O-osiaa:

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