1 Juan 3:6 - La Biblia Textual 3a Edicion

⁶ Todo el que permanece en Él, no peca; todo el que continúa pecando, no lo ha visto ni lo ha conocido.

Biblia Sinyati te nkutuk oo lmaasai naisiraki eng’ejuk enye enye

Biblia Reina Valera 1960

⁶ Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁶ Todo el que siga viviendo en él no pecará; pero todo el que sigue pecando no lo conoce ni entiende quién es él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁶ Quien permanece en él no peca; quien peca no lo ha visto ni conocido.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁶ Quien permanece en él, no peca. Quien peca, no lo ha visto ni lo ha conocido.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

⁶ Todo aquel que permanece en Él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

1 Juan 3:6 Eitobir Enkop

3 Juan 1:11

Amado, no imites lo malo, sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios, el que hace lo malo, no ha visto a Dios.

1 Juan 3:9

Todo el que es° nacido de Dios no practica° el pecado, porque la simiente° de Dios permanece en él, y no puede pecar, pues es nacido de Dios.

1 Juan 2:4

El que dice: Yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él;

1 Juan 4:8

El que no ama, no conoció a Dios, porque Dios es amor.

1 Juan 3:2

Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado° lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal como es.

1 Juan 5:18

Sabemos que todo el que es nacido de Dios no peca, pues el que fue engendrado por Dios° lo guarda, y el maligno no lo agarra.

2 Corintios 4:6

Porque el Dios que dijo: Resplandezca luz° en las tinieblas, es el que resplandeció° en nuestros corazones para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz del Mesías.

1 Juan 2:28

Y ahora, hijitos, permaneced en Él,° para que cuando sea manifestado, tengamos confianza y no nos apartemos de Él avergonzados en su venida.°

2 Corintios 3:18

Pero nosotros todos, con rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, vamos siendo transformados por el Espíritu, de gloria en gloria, en la misma imagen del Señor.

1 Juan 2:3

Y en esto sabemos que lo hemos conocido: si guardamos sus mandamientos.