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Lucas 5 - Biblia Reina Valera 1990 (Adventista del Séptimo Día)

1 Un día Jesús estaba junto al lago Genezaret, y la gente se agolpó sobre él para oír la Palabra de Dios.

2 Vio dos barcas cerca de la orilla del lago. Los pescadores habían descendido y lavaban sus redes.

3 Subió a una de esas barcas, que era de Simón, y le rogó que la alejara un poco de la tierra. Y sentándose, enseñaba a la gente desde la barca.

4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: 'Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar'.

5 Respondió Simón: 'Maestro, hemos trabajado toda la noche, y nada hemos pescado. Pero por tu palabra echaré la red'.

6 Y al hacerlo así, apresaron tal cantidad de peces que la red se rompía.*

7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles. Vinieron y llenaron las dos barcas, de tal manera que casi se hundían.

8 Al ver esto, Simón Pedro cayó de rodillas ante Jesús, y le dijo: 'Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador'.

9 Porque el asombro se había apoderado de él y de sus compañeros, por los peces que habían capturado.

10 Lo mismo les pasó a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: '¡No temas! Desde ahora pescarás hombres'.

11 Y cuando llevaron las barcas a tierra, dejaron todo y lo siguieron. Jesús sana a un leproso*

12 Un día estaba Jesús en una ciudad, y llegó un hombre lleno de lepra. Al ver a Jesús, se postró rostro en tierra, y le rogó: 'Señor, si quieres, puedes limpiarme'.

13 Entonces, Jesús extendió la mano, lo tocó, y le dijo: 'Así lo quiero. ¡Queda limpio!' Y al instante, la lepra se fue de él.

14 Jesús le mandó que no lo dijese a nadie. 'Sino ve - le dijo-, muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu limpieza lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio'.

15 Y tanto más se extendía su fama. Y se reunía mucha gente a oír, y ser sanada de sus enfermedades.

16 Y con frecuencia Jesús se retiraba a lugares solitarios, a orar.*

17 Un día Jesús estaba enseñando, y estaban sentados algunos fariseos y doctores de la Ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba presente para sanar.

18 En eso, unos hombres trajeron en una camilla a un paralítico, y procuraban entrar y ponerlo ante él.

19 Y como no pudieron entrar a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado lo bajaron en su camilla ante Jesús.

20 Al ver la fe de ellos, Jesús dijo al paralítico: 'Hombre, tus pecados te son perdonados'.

21 Entonces los escribas y los fariseos empezaron a pensar: '¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?'

22 Conociendo sus pensamientos, Jesús les dijo: '¿Qué pensáis en vuestro corazón?

23 '¿Qué es más fácil, decir: 'Tus pecados te son perdonados', o decir, 'levántate y anda'?

24 'Pues, para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecados -dijo al paralítico-: 'A ti te digo, levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa''.

25 Al instante, el paralítico se levantó en presencia de ellos. Tomó su camilla, y se fue a su casa glorificando a Dios.

26 Y todos quedaron asombrados. Glorificaban a Dios, y llenos de temor, decían: '¡Hoy hemos visto maravillas!'

27 Después de esto Jesús salió, y vio a un cobrador de impuestos llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: '¡Sígueme!'

28 Y dejando todo, se levantó y lo siguió.

29 Entonces Leví le ofreció un gran banquete en su casa. Y había muchos cobradores de impuestos y otros convidados a la mesa.

30 Y los escribas y los fariseos murmuraron contra los discípulos, diciendo: '¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?'

31 Jesús respondió: 'Los sanos no necesitan médico, sino los enfermos.*

32 'No he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se arrepientan'. Acerca del ayuno*

33 Entonces ellos le dijeron: 'Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan y oran muchas veces. Pero tus discípulos comen y beben'.

34 Jesús contestó: '¿Podéis obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el novio está con ellos?

35 'Pero vendrán días cuando el novio les será quitado, entonces ayunarán'.

36 Les dijo también esta parábola: 'Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo; de esa manera echaría a perder el vestido nuevo, y el remiendo no armonizaría con el viejo.

37 'Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de esa manera el vino nuevo rompería los odres, el vino se derramaría, y los odres se perderían.

38 'El vino nuevo se echa en odres nuevos.

39 'Y ninguno que beba del añejo, quiere después el nuevo, porque dice: 'El añejo es mejor''.

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Nueva Reina Valera 1990, Versión Adventista del Séptimo día. © Copyright 2000

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