Salmos 5 - La Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy1 Para el director del coro; para acompañamiento de flauta. Salmo de David. Escucha mis palabras, oh SEÑOR; Considera mi lamento. 2 Atiende a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque es a Ti a quien oro. 3 Oh SEÑOR, de mañana oirás mi voz; De mañana presentaré mi oración a Ti, Y con ansias esperaré. 4 Porque Tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El mal no mora en Ti. 5 Los que se ensalzan no estarán delante de Tus ojos; Aborreces a todos los que hacen iniquidad. 6 Destruyes a los que hablan falsedad; El SEÑOR aborrece al hombre sanguinario y engañador. 7 Pero yo, por la abundancia de Tu misericordia entraré en Tu casa; Me postraré en Tu santo templo con reverencia. 8 SEÑOR, guíame en Tu justicia por causa de mis enemigos; Allana delante de mí Tu camino. 9 Porque no hay sinceridad en lo que dicen; Destrucción son sus entrañas, Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua hablan lisonjas. 10 Tenlos por culpables, oh Dios; ¡Que caigan por sus mismas intrigas! Echalos fuera por la multitud de sus transgresiones, Porque se rebelan contra Ti. 11 Pero alégrense todos los que en Ti se refugian; Para siempre canten con júbilo, Porque Tú los proteges; Regocíjense en Ti los que aman Tu nombre. 12 Porque Tú, oh SEÑOR, bendices al justo, Como con un escudo lo rodeas de Tu favor. |
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