x

Biblia Todo Logo
idiomas
La Biblia Online

«

Gálatas 4 - Biblia Universidad de Jerusalem

1 Pues yo digo: Mientras el heredero es menor de edad, en nada se diferencia de un esclavo, con ser dueño de todo;

2 sino que está bajo tutores y administradores hasta el tiempo fijado por el padre.

3 De igual manera, también nosotros, cuando éramos menores de edad, vivíamos como esclavos bajo los elementos del mundo.

4 Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Di-s a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,

5 para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva.

6 La prueba de que sois hijos es que Di-s ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!

7 De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Di-s.

8 Pero en otro tiempo, cuando no conocíais a Di-s, servíais a los que en realidad no son Di-ses.

9 Mas, ahora que habéis conocido a Di-s, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo?

10 Andáis observando los días, los meses, las estaciones, los años.

11 Me hacéis temer no haya sido en vano todo mi afán por vosotros.

12 Os ruego que os hagáis como yo, pues yo me hice como vosotros. Ningún agravio me hicisteis.

13 Pero bien sabéis que una enfermedad me dio ocasión para evangelizaros por primera vez;

14 y, no obstante la prueba que suponía para vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me recibisteis como a un ángel de Di-s: como a Mesias Yeshúa.

15 ¿Dónde están ahora los parabienes que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos.

16 ¿Es que me he vuelto enemigo vuestro diciéndoos la verdad?

17 El celo que ésos muestran por vosotros no es bueno; quieren alejaros de mí para que mostréis celo por ellos.

18 Bien está procurarse el celo de otros para el bien, siempre, y no sólo cuando yo estoy entre vosotros,

19 ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Mesias formado en vosotros.

20 Quisiera hallarme ahora en medio de vosotros para poder acomodar el tono de mi voz, pues no sé cómo habérmelas con vosotros.

21 Decidme vosotros, los que queréis estar sometidos a la ley: ¿No oís la ley?.

22 Pues dice la Escritura que Abraham tuvo dos hijos: uno de la esclava y otro de la libre.

23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la libre, en virtud de la Promesa.

24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,

25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Yerushalaim actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos.

26 Pero la Yerushalaim de arriba es libre; ésa es nuestra madre,

27 pues dice la Escritura: = Regocíjate estéril, la que no das hijos; rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más son los hijos de la abandonada que los de la casada. =

28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la Promesa.

29 Pero, así como entonces el nacido según la naturaleza perseguía al nacido según el espíritu, así también ahora.

30 Pero ¿qué dice la Escritura? = Despide a la esclava y a su hijo, pues no ha de heredar el hijo de la esclava juntamente con el hijo = de la libre.

31 Así que, hermanos, no somos hijos de la esclava, sino de la libre.

»
Biblia de Jerusalén 3ra Edición

Copyright © la Biblia de Jerusalén, editada por Descleé de Brower ©

Síguenos en:




Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos