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Gálatas 2 - Nueva Biblia Española (1975)

1 Después, a los catorce años, subí de nuevo a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevándome también a Tito.

2 Subí por una revelación y les expuse la buena noticia que anuncio a los paganos, pero en particular, a 'los respetados', para evitar que mis esfuerzos de ahora o de entonces resulten inútiles.

3 Y así fue; ni siquiera obligaron a circuncidarse a mi acompañante, Tito, aunque era griego.

4 Se debía la cosa a aquellos entrometidos, a aquellos falsos hermanos que se infiltraron para espiar nuestra libertad -esa que tenemos gracias al Mesías Jesús-, con intención de esclavizarnos.

5 Ante aquéllos ni por un momento cedimos dejándonos avasallar, para que la verdad de la buena noticia siguiera con ustedes.

6 Pues bien, por parte de los respetados por ser algo (lo que fueran o dejaran de ser no me interesa nada, Dios no mira lo exterior del hombre); a mí, como decía, los respetados no tuvieron nada que añadirme,

7 todo lo contrario: viendo que se me ha confiado anunciar la buena noticia a los paganos (como a Pedro a los judíos,

8 pues aquel que capacitó a Pedro para la misión de los judíos me capacitó también a mí para los paganos)

9 y reconociendo el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, los respetados como pilares, nos dieron la mano a mí y a Bernabé en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros nos dedicáramos a los paganos y ellos a los judíos.

10 Sólo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres de allí, y eso en concreto lo tomé muy en serio.

11 Pero cuando Pedro fue a Antioquía tuve que enfrentarme con él, porque se había hecho culpable,

12 Antes que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los paganos; pero llegados aquéllos empezó a retraerse y ponerse aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión,

13 Los demás judíos se asociaron a su ficción y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar con ellos a aquel engaño.

14 Ahora que cuando yo vi que no andaban a derechas con la verdad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, estás viviendo como un pagano y en nada como un judío, ¿cómo intentas forzar a los paganos a las prácticas judías?

15 Nosotros éramos judíos de nacimiento, no de esos paganos pecadores,

16 pero comprendimos que ningún hombre es rehabilitado por observar Ley, sino por la fe en Jesús Mesías, Por eso también nosotros hemos creído en el Mesías Jesús, para ser rehabilitados por la fe en el Mesías y no por observar la Ley, pues por observar la Ley 'no será rehabilitado ningún mortal”,

17 Ahora, si por buscar la rehabilitación por medio del Mesías hemos resultado también nosotros unos pecadores, ¿qué?, ¿estuvo el Mesías al servicio del pecado? ¡Ni pensarlo!,

18 porque si uno construye de nuevo lo que derrumbó una vez, demuestra uno mismo haber sido culpable,

19 Lo que es yo, estando bajo la Ley morí para la Ley, con el fin de vivir para Dios, Con el Mesías quedé crucificado

20 y ya no vivo yo, vive en mí el Mesías; y mi vivir humano de ahora es un vivir de la fe en el Hijo de Dios, que me demostró su amor entregándose por mí.

21 Yo no utilizo el favor de Dios; y si la rehabilitación se consiguiera con la Ley, entonces en vano murió el Mesías.

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Biblia - Luis Alonso Schökel y Juan Mateos

Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.

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