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Romanos 1 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

1 Soy Pablo, siervo de Cristo Jesús. Dios me eligió para ser apóstol y me destinó a proclamar su mensaje de salvación,

2 la buena noticia que Dios mismo había ya prometido en las Escrituras santas por medio de los profetas.

3 Este mensaje se refiere a su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, descendiente de David en cuanto hombre

4 y manifestado, en virtud de su resurrección, como Hijo poderoso de Dios en cuanto a su condición de espíritu santificador.

5 Por Cristo y para gloria de su nombre, he recibido el don de ser apóstol, a fin de que todas las naciones respondan a la fe.

6 Y entre ellas os contáis vosotros, llamados para pertenecer a Jesucristo.

7 A todos los que residís en Roma y habéis sido llamados por Dios con amor para formar parte de su pueblo, deseo que Dios, nuestro Padre, y Jesucristo el Señor, os concedan gracia y paz.

8 Quiero empezar dando gracias por todos vosotros a mi Dios, mediante Jesucristo, porque en el mundo entero se habla con admiración de vuestra fe.

9 El mismo Dios, a quien sirvo de todo corazón anunciando el mensaje salvador de su Hijo, puede garantizar que en todo instante os llevo en el pensamiento.

10 Una y otra vez insto a Dios en mis oraciones, a ver si por fin quiere proporcionarme una buena ocasión para ir a visitaros.

11 ¿Hará falta que os diga cuántas ganas tengo de veros, y poder así comu- nicaros algún bien espiritual que os fortalezca?

12 Aunque en realidad se trataría de animarnos mutuamente con esa fe de la que tanto vosotros como yo participamos.

13 Quiero que sepáis, hermanos, que he hecho muchos proyectos de ir a visitaros, aunque no se me ha logrado ninguno hasta el presente. Abrigaba la ilusión de cosechar también entre vosotros algún fruto, como en otras partes

14 ya que me debo por igual a civilizados y a no civilizados, a sabios y a ignorantes.

15 Así que, en cuanto de mi depende, estoy enteramente dispuesto a proclamar también entre vosotros, romanos, el mensaje de salvación.

16 No me avergüenzo de anunciar este mensaje, que es fuerza salvadora de Dios para todo creyente, tanto si es judío como si no lo es.

17 Por él se nos da a conocer el hecho de que Dios nos restablece en su amistad por medio de una fe en continuo crecimiento. Lo dice la Escritura: Aquel a quien Dios restablece en su amistad por medio de la fe alcanzará la vida.

18 Se ha hecho manifiesto que la ira de Dios se abate desde el cielo sobre toda suerte de impiedad e injusticia, esto es, sobre los hombres que, actuando inicuamente, cierran el camino a la verdad.

19 Porque lo que es posible conocer acerca de la divinidad, lo tienen ellos a su alcance, por cuanto Dios mismo se lo ha puesto ante los ojos.

20 En efecto, partiendo de la creación del universo, la razón humana puede llegar a descubrir, a través de las cosas creadas, las perfecciones invisibles de Dios: su eterno poder y su divinidad. De ahí que no tengan disculpa,

21 ya que, conociendo a Dios, no le han tributado el honor que merecía, ni le han dado las gracias debidas. Al contrario, han dejado correr su pensamiento tras cosas sin valor, y su necio corazón se ha llenado de oscuridad.

22 Alardeando de sabios son tan insensatos,

23 que han llegado a cambiar la grandeza del Dios que nunca muere por imá- genes de hombres mortales, y aun de pájaros, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por eso, Dios los ha dejado a merced de sus bajos instintos, de forma que ellos se degradaban a sí mismos.

25 Este es el fruto de haber preferido la mentira a la verdad de Dios, de haber adorado a la criatura en vez de al Creador, que es bendito por siempre. Amén.

26 Así que Dios los ha dejado a merced de pasiones vergonzosas. Sus mujeres invierten el uso natural del sexo y se dan a aberraciones antinaturales.

27 Y lo mismo los hombres dejan las relaciones naturales con la mujer y se abrasan en perversos deseos los unos por los otros. Hombres con hombres cometen acciones infamantes, y en su propio cuerpo reciben el castigo que merece su extravío.

28 Como no les interesa conocer a Dios, Dios los deja a merced de su mente pervertida, que les empuja a hacer lo que no deben.

29 Rebosan injusticia, perversidad, codicia, maldad; son envidiosos, asesinos, pendencieros, embaucadores, malintencionados, chismosos,

30 calumniadores, impíos, ultrajadores, soberbios, fanfarrones; se pasan la vida buscando la manera de hacer daño; no tienen respeto a sus padres,

31 ni conciencia, ni palabra, ni corazón, ni piedad.

32 Conocen de sobra la sentencia de Dios que declara reos de muerte a quienes hacen tales cosas; y, sin embargo, no sólo las hacen, sino que aplauden el que otros las hagan.

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NUEVO TESTAMENTO ARCAS-FERNANDEZ

Copyright © Fernando Arcas-Alfonso Fernández

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