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Lucas 1 - Biblia Arcas-Fernandez (Nuevo Testamento)

1 Muchos son los que hasta ahora han intentado escribir una historia coherente de los hechos que acaecieron entre nosotros,

2 tal y como nos lo transmitieron quienes fueron testigos presenciales de todo desde el principio y luego recibieron el encargo de anunciar el mensaje de Dios.

3 Pues bien, muy ilustre Teófilo, después de investigar a fondo y desde sus orígenes todo lo sucedido, también a mi me ha parecido conveniente ponerlo por escrito ordenadamente,

4 para que puedan reconocer la autenticidad de la enseñanza que has recibido.

5 Durante el reinado de Herodes en Judea, hubo un sacerdote llamado Zacarías, que pertenecía al grupo sacerdotal de Abías. La esposa de Zacarías, Isabel, pertenecía también a una familia sacerdotal directamente descendiente de Aarón.

6 Ambos esposos eran rectos delante de Dios, intachables en el cumplimiento de todos los mandatos y disposiciones del Señor.

7 Eran de edad muy avanzada y no tenían hijos, porque Isabel era estéril.

8 Un día, conforme al orden establecido, le correspondía al grupo de Zacarías ejercer las funciones sacerdotales delante de Dios.

9 Los sacerdotes acostumbraban entonces echar a suertes quién había de entrar en el templo del Señor a quemar el incienso, y en aquella ocasión le correspondió a Zacarías.

10 Entró, pues, en el templo, y, mientras estaba quemando el incienso, la muchedumbre de los fieles permanecía fuera en oración.

11 En esto, un ángel del Señor se le apareció a la derecha del altar del incienso,

12 Zacarías, al verle, se echó a temblar, lleno de miedo;

13 pero el ángel le dijo: - No tengas miedo, Zacarías. Dios ha escuchado tu oración, y tu mujer, Isabel, va a tener un hijo, al que llamarán Juan.

14 El será para ti causa de gran alegría; y habrá muchos que también se alegrarán de su nacimiento,

15 porque tu hijo será grande delante del Señor. Nunca beberá vino ni ninguna otra bebida alcohólica. Estará lleno del Espíritu Santo aún antes de nacer,

16 y hará que muchos israelitas vuelvan de nuevo al Señor su Dios.

17 Dotado del mismo espíritu y poder de Elías, será el precursor del Señor, moverá a los padres a reconciliarse con los hijos y hará que los rebeldes se vuelvan modelos de irreprensible sensatez. De este modo preparará un pueblo bien dispuesto a recibir al Señor.

18 Zacarías dijo al ángel: - Pero ¿cómo podré estar seguro de eso? Yo ya soy viejo y mi mujer también tiene muchos años.

19 El ángel le contestó: - Yo soy Gabriel, el que está en la presencia de Dios. El me envió a hablar contigo y comunicarte esta buena noticia.

20 Todo cuanto te he dicho se cumplirá en su momento oportuno; pero, como no has dado crédito a mis palabras, vas a quedarte mudo hasta entonces. No volverás a hablar hasta que tu hijo haya nacido.

21 Mientras tanto, la gente que estaba fuera del templo esperando a Zacarías se extrañaba de su retraso.

22 Cuando por fin él salió, al ver que no podía hablar, comprendieron que había quedado mudo. Sólo podía expresarse por señas.

23 Una vez cumplido el tiempo de su servicio sacerdotal, Zacarías volvió a su casa.

24 Por aquel tiempo, Isabel, su esposa, quedó embarazada. Y permaneció cinco meses sin salir de casa. Se decía a si misma:

25 'El Señor me da ahora un hijo, y me libra así de la vergüenza de ser estéril'.

26 Al sexto mes, Dios envió al ángel Gabriel a Nazaret, un pueblo de Galilea,

27 a visitar a una joven virgen llamada María, que estaba comprometida en matrimonio con José, el cual era descendiente del rey David.

28 El ángel entró en el lugar donde estaba María y le dijo: - Alégrate, la más favorecida de Dios. El Señor está contigo.

29 María se quedó perpleja al oír estas palabras, preguntándose qué significaba aquel saludo.

30 Pero el ángel le dijo: - No tengas miedo, María. Tú has hallado gracia a los ojos de Dios.

31 Vas a quedar embarazada, y darás a luz un hijo, al cual pondrás por nombre Jesús.

32 El será grande, será Hijo del Altísimo. Dios, el Señor, le entregará el trono de su antepasado David

33 y reinará eternamente sobre la casa de Jacob. Su reinado no tendrá fin.

34 María contestó al ángel: - Yo no tengo relaciones conyugales con nadie; ¿cómo pues, podrá sucederme esto?

35 El ángel le dijo: - El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Dios altísimo te envolverá. Por eso, el niño que ha de nacer será santo, será Hijo de Dios.

36 Mira, si no, a Isabel, tu parienta: también ella va a tener un hijo, a pesar de que es una anciana. Ella, a la que llamaban estéril, está ya de seis meses.

37 Y es que para Dios no hay nada imposible.

38 María dijo: - Yo soy la esclava del Señor. Que él haga conmigo como dices. Entonces el ángel la dejó y se fue.

39 Algunos días después, María se puso en camino, y, lo más de prisa que pudo, se dirigió a un pueblo de la región montañosa de Judá,

40 donde vivía Zacarías. María entró en su casa y saludó a Isabel;

41 y ocurrió que, cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño que llevaba en su vientre saltó de alegría. Isabel quedó llena del Espíritu Santo,

42 y exclamó con gritos alborozados: - ¡Dios te ha bendecido más que a ninguna otra mujer, y ha bendecido también al hijo que está en tu vientre!

43 Pero ¿cómo es que la madre de mi Señor viene a visitarme?

44 Porque, apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre.

45 ¡Feliz tú porque has creído que el Señor cumplirá las promesas que te ha hecho!

46 Entonces dijo María: - Todo mi ser ensalza al Señor.

47 Mi corazón está lleno de alegría a causa de Dios, mi Salvador,

48 porque ha puesto sus ojos en mi, que soy su humilde esclava. De ahora en adelante todos me llamarán feliz,

49 pues ha hecho maravillas conmigo Aquel que es todopoderoso, Aquel cuyo nombre es santo.

50 El siempre tendrá misericordia de los que le honran.

51 Con la fuerza de su brazo destruye los planes de los soberbios.

52 Derriba a los poderosos de sus tronos, y encumbra a los humildes.

53 Llena de bienes a los hambrientos, y despide a los ricos, enviándolos con las manos vacías.

54 Viene en ayuda de su siervo, el pueblo de Israel, acordándose de mostrar misericordia,

55 conforme a la promesa de valor eterno que hizo a nuestros antepasados, a Abraham y a todos sus descendientes

56 María se quedó unos tres meses con Isabel, y luego regresó a su casa.

57 Cuando se cumplió el tiempo de dar a luz, Isabel tuvo un hijo.

58 Sus vecinos y parientes se enteraron de este gran don que el Señor, en su misericordia, le había concedido, y acudieron a felicitarla.

59 A los ocho días del nacimiento llevaron a circuncidar al niño. Todos querían que se llamase Zacarías como su padre;

60 pero la madre dijo: - No, su nombre ha de ser Juan.

61 Ellos, después de hacer notar a Isabel que nadie se llamaba así en su familia,

62 se dirigieron al padre y le preguntaron por señas qué nombre quería poner al niño.

63 Zacarías pidió una tablilla de escribir y puso en ella: 'Su nombre es Juan', con lo que todos se quedaron asombrados.

64 En aquel mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios;

65 de modo que los vecinos que estaban viendo lo que pasaba se llenaron de temor. Todos estos acontecimientos se divulgaron en seguida de un extremo a otro de la región montañosa de Judea.

66 Y cuantos oían hablar de lo sucedido, se quedaban muy pensativos y se preguntaban: '¿Qué va a ser este niño? Porque es evidente que el Señor está con él.'

67 Zacarías, el padre de Juan, quedó lleno del Espíritu Santo y habló proféticamente, diciendo:

68 - ¡Bendito sea el Señor, el Dios de Israel, que ha venido a auxiliar y a dar la libertad a su pueblo!

69 Nos ha suscitado ahora un poderoso salvador de entre los descendientes de su siervo David.

70 Esto había prometido desde antiguo por medio de sus santos profetas:

71 que nos salvaría de nuestros enemigos y del poder de los que nos odian;

72 que tendría compasión de nuestros antepasados y cumpliría su santa alianza.

73 Y éste es el firme juramento que le hizo a nuestro padre Abraham:

74 que nos libraría de nuestros enemigos, para que, sin temor alguno, le sirvamos

75 a lo largo de toda nuestra vida, como gentes que le han sido consagradas y que actúan buscando la justicia.

76 En cuanto a ti, hijo mío, serás profeta del Dios altísimo, porque irás delante del Señor preparando su venida.

77 Tú anunciarás la salvación a su pueblo y el perdón de los pecados;

78 pues nuestro Dios, lleno de bondad hacia nosotros, nos trae de lo alto el amanecer de un día celestial,

79 para llenar de luz a los que viven en oscuridad y sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por caminos de paz.

80 El niño creció y su espíritu se fortaleció. Y estuvo viviendo en lugares desiertos hasta el día en que se presentó ante el pueblo de Israel.

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NUEVO TESTAMENTO ARCAS-FERNANDEZ

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