x

Biblia Todo Logo
idiomas
La Biblia Online

«

Proverbios 7 - Biblia Nacar-Colunga

1 Hijo mío, atiende a mis palabras y pon dentro de ti mis enseñanzas.

2 Guarda mis preceptos y vivirás; sea mí ley como la niña de tus ojos.'

3 Átatelos al dedo, escríbelos en la tabla de tu corazón.

4 Di a la sabiduría: “Tú eres mi hermana,” y llama a la inteligencia tu pariente,

5 para que te preserven de la mujer ajena, de la extraña de lúbricas palabras.

6 Estaba yo un día en mi casa a la ventana, mirando a través de las celosías,

7 y vi entre los simples un joven, entre los mancebos un falto de juicio,

8 que pasaba por la calle junto a la esquina e iba camino de su casa.

9 Era el atardecer, cuando ya oscurecía, al hacerse de noche, en la tiniebla.

10 Y he aquí que le sale al encuentro una mujer con atavío de ramera y astuto corazón.

11 Era parlanchína y procaz, y sus pies no sabían estarse en casa;'

12 ahora en la calle, ahora en la plaza, acechando por todas las esquinas.

13 Cogióle y le abrazó y le dijo con toda desvergüenza:

14 ”Tenía que ofrecer un sacrificio y hoy he cumplido ya mis votos;'

15 por eso te he salido al encuentro, iba en busca tuya y ahora te hallo.

16 He ataviado mi lecho con tapices, con telas de hilo recamado de Egipto;'

17 he perfumado mi cama con mirra, áloe y cinamomo.

18 Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana, hartémonos de caricias;'

19 pues mi marido no está en casa, ha salido para un largo viaje.

20 Se ha llevado la bolsa y no volverá hasta el plenilunio.”

21 Con la suavidad de sus palabras le rindió y con sus halagos le sedujo;'

22 y se fue tras ella entontecido como buey que se lleva al matadero, como ciervo cogido en el lazo

23 hasta que una flecha le atraviesa el flanco, o como el pájaro que se precipita en la red sin saber que le va en ella la vida.

24 Óyeme, pues, hijo mío, y atiende a las palabras de mi boca.

25 No dejes ir tu corazón por sus caminos, no yerres por sus sendas;'

26 porque a muchos ha hecho caer traspasados y son muchos los muertos por ella.

27 Su casa es el camino del sepulcro, que baja a las profundidades de la muerte.

»
Biblia Nácar-Colunga

Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©

Síguenos en:




Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos