Hebreos 1 - Biblia Nacar-Colunga1 Muchas veces y en muchas maneras habló Dios en otro tiempo a nuestros padres por ministerio de los profetas;' 2 últimamente, en estos días, nos habló por su Hijo, a quien constituyó heredero de todo, por quien también hizo el mundo;' 3 el cual, siendo esplendor de su gloria e impronta de su sustancia, y sustentando todas las cosas con su poderosa palabra, después de haber realizado la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, 4 hecho tanto mayor que los ángeles, cuando heredó un nombre más excelente que ellos. 5 Pues ¿a cuál de los ángeles dijo alguna vez: “Tú eres mí Hijo, yo te he engendrado hoy?” Y luego: “Yo seré para El padre, y El será Hijo para mí.” 6 Y de nuevo cuando introduce a su Primogénito en el mundo dice: “Adórenle todos los ángeles de Dios.” 7 De los ángeles dice: “El que hace a sus ángeles vientos y a sus ministros llamas de fuego.” 8 Pero al Hijo: “Tu trono, ¡oh Dios!, subsistirá por los siglos de los siglos, cetro de equidad es el cetro de tu reino. 9 Amaste la justicia y aborreciste la iniquidad, por eso te ungió Dios, tu Dios, con óleo de exaltación sobre tus compañeros.” 10 Y “Tú, Señor, al principio, fundaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. 11 Ellos perecerán, pero tú permaneces, y todos, como un vestido, envejecerán, 12 y como un manto los envolverás, y como un vestido se mudarán; pero tú permaneces el mismo, y tus años no se acabarán.” 13 ¿Y a cuál de los ángeles dijo alguna vez: “Siéntate a mi diestra, mientras pongo a tus enemigos por escabel de tus pies?” 14 ¿No son todos ellos espíritus administradores, enviados para servicio, en favor de los que han de heredar la salud? |
Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©