Eclesiastés 11 - Biblia Nacar-Colunga1 Echa tu pan a las aguas, que después de mucho tiempo lo hallarás. 2 Da de lo tuyo a siete y aun a ocho, que no sabes el mal que podrá venir sobre la tierra. 3 Las nubes se llenan de agua y la derraman sobre la tierra, y si el árbol cae al mediodía o al norte, donde cae allí permanece. 4 El que al viento mira no sembrará, y el que mira a las nubes no segará. 5 Como no sabes por qué camino el espíritu entra en los huesos en el seno maternal, así no conoces la obra de Dios, que es quien todo lo hace. 6 Siembra bien de mañana tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu mano; que no sabes qué es mejor, si esto o aquello, o si ambas cosas son igualmente buenas.' 7 Dulce es la vida y agradable a los ojos el ver el sol. 8 Mas si el hombre viviere muchos años y en todos ellos gozase de alegría, piense en los días de tinieblas, que serán muchos, y que cuanto sucede es vanidad. 9 Alégrate, mozo, en tu mocedad, y alégrese tu corazón en los días de tu juventud; sigue los impulsos de tu corazón y los atractivos de tus ojos, pero ten presente que de todo esto te pedirá cuenta Dios.' 10 Echa la tristeza fuera de tu corazón y tente lejos del dolor, porque mocedad y juventud son vanidad. |
Alberto Colunga Cueto, y Eloíno Nácar Fúster. 1944©