Salmos 5 - Biblia Católica (Latinoamericana)1 Señor, escucha mis palabras, y a mi queja pon atención. 2 Presta oído a mi clamor, ¡oh mi rey y mi Dios! Pues a ti te imploro, Señor. 3 Desde la mañana oyes mi voz. Desde la mañana te hago promesas y me quedo a la espera. 4 Tú no eres un Dios al que le gusta la maldad, ni el malvado tiene en ti acogida. 5 Los insensatos no aguantan tu mirada, detestas a los que obran la maldad. 6 A los que hablan mentiras los destruyes: Odia el Señor a violentos y embusteros. 7 Pero yo por tu inmensa bondad puedo entrar en tu casa; frente a tu santo templo me prosterno con toda reverencia. 8 Señor, tú que eres justo, guíame: Frente a los que me espían abre ante mí un camino llano. 9 Pues nada de sincero hay en su boca y sólo crímenes hay en su interior. Para halagar tienen buena lengua, mas su garganta se abre para tragar. 10 Castígalos, oh Dios, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; échalos por sus crímenes sin cuento, ya que contra ti se han rebelado. 11 Que se alegren cuantos a ti se acogen, que estén de fiesta los que tú proteges, y te celebren los que aman tu nombre. 12 Pues tú, Señor, bendices al justo y como un escudo lo cubre tu favor. |
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