Marcos 4 - La Biblia del Oso RV 1569 Con diuersas semejanças enseña la condicion del Euangelio, y de ſu Reyno. 2. Manda à los vientos y à la mar, y obedecenle. 1 Y Otra vez començó à enseñar junto à la mar: y juntóse à el gran cõpaña: tanto, que entrandoſe el en vn nauio, ſe sentó en la mar: y toda la compaña eſtaua en tierra junto à la mar. 2 Y enseñauales por parabolas muchas coſas, y deziales en ſu doctrina: 3 Oyd: Heaqui, elque sembraua, ſalió à sembrar. 4 Y aconteció sembrando, que vna parte cayó junto àl camino: y vinieron las aues del cielo, y tragaronlo. 5 Y otra parte cayó en pedregales, donde no tenia mucha tierra: y luego ſalió, porque no tenia la tierra profunda. 6 Mas, ſalido el Sol, quemose: y porquãto no tenia rayz, secose. 7 Y otra parte cayo en espinas: y subierõ las espinas, y ahogaronla, y no dió fruto. 8 Y otra parte cayó en buena tierra, y dió fruto, que subió y creció: y lleuó vno à treynta, y otro à sesenta, y otro à ciẽto. 9 Entonces dixoles, Elque tiene oydos para oyr, oyga. 10 Y quando estuuo solo, preguntaronle losque eſtaua con el cõ los Doze, de la parabola: 11 Y dixoles, A vosotros es dado ſaber el mysterio del Reyno de Dios: mas à los que eſtan fuera, por parabolas todas las coſas; 12 Paraque viendo vean y no vean; y oyendo oygan y no entiendan: porque no ſe cõuiertan y les ſean perdonados los peccados. 13 Y dixoles: No sabeys eſta parabola? como pues entendereys todas las parabolas? 14 El que siembra es elque siembra la Palabra. 15 Y estos ſon los de junto àl camino: en los que la Palabra es sembrada, mas deſpues que la oyeron, luego viene Satanas, y quita la Palabra que fue sembrada en ſus coraçones. 16 Y ansimismo estos ſon los que ſon sem brados en pedregales: los que quando han oydo la Palabra, luego la toman con gozo. 17 Mas no tienen rayz en ſi: antes ſon tẽporales: que en leuantandoſe la tribulaciõ o la persecucion por cauſa de la Palabra, luego ſe escandalizan. 18 Y estos ſon los que ſon sembrados en espinas: los que oyen la Palabra. 19 Mas las congoxas deeste ſiglo, y el engaño de las riquezas, y las cudicias, que ay en las otras coſas, entrando ahogan la Palabra, y es hecha ſin fruto. 20 Y estos ſon los que fueron sembrados en buena tierra; los que oyen la Palabra, y la reciben, y hazen fruto vno à treynta, otro à sesenta, otro à ciento. 21 Dixoles tambien: Viene el candil para ſer pueſto debaxo del almud, o debaxo de la cama? No viene para ſer pueſto en el candelero? 22 Porque no ay nada oculto que no aya de ſer manifestado: ni secreto que no aya de venir en descubierto. 23 Si alguno tiene oydos para oyr, oyga. 24 Dixoles tambien: Mirad loque oys: Con la medida que medis, os medirán otros: y ſerá añedido à vosotros los que oys. 25 Porque elque tiene, serleha dado: y elque no tiene, aun loque tiene ſerá quitado deel. 26 Dezia mas: Ansi es el Reyno de Dios como ſi hombre eche ſimiente en la tierra: 27 Y duerma, y ſe leuante de noche y de dia: y la ſimiente brote y crezca como el no sabe. 28 Porque de suyo frutifica la tierra, primero yerua, luego espiga, luego grano lleno enel espiga. 29 Y quãdo el fruto fuere produzido, luego ſe mete la hoz: porque la siega es llegada. 30 Item dezia: A que harem os semejante el Reyno de Dios? o conque parabola lo compararemos? 31 Como el grano de la mostaza: que quando es sembrado en tierra es el mas pequeño de todas las ſimientes que ay en la tierra: 32 Mas quando fuere sembrado, sube, y hazeſe el mayor de todas las legumbres: y haze grandes ramas, de tal manera que las aues del cielo puedan hazer nidos debaxo de ſu sombra. 33 Y con muchas tales parabolas les ha blaua la Palabra, cõforme à loque podiã oyr. 34 Y ſin parabola no les hablaua: mas à ſus Diſcipulos en particular declaraua todo. 35 Y dixoles aquel dia quando fue tarde, Passemos de la otra parte. 36 Y embiando la compaña, tomaronlo, como eſtaua enel nauio, y auia tambiẽ cõ el otros nauichuelos. 37 Y leuantose vna grande tempestad de viẽto, y echaua las ondas en el nauio, de tal manera que ya ſe henchia. 38 Y el eſtaua en la popa durmiẽdo ſobre vn cabeçal: y deſpertaronlo, y dizẽle, Maestro, no miras que perecemos? 39 Y leuantandoſe el riñió al viẽto, y dixo à la mar, Calla, enmudece. Y cessó el viẽto: y fue hecha grande bonança. 40 Y à ellos dixo, Porque soys anſi temerosos? como no teneys fe? 41 Y temieron con gran temor, y dezian el vno àl otro, Quiẽ es eſte, que aũ el viẽto y la mar le obedecen? |
Casiodoro de Reina © Versión de Dominio Público.