Proverbios 1 - Biblia Castilian 20031 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel, 2 para aprender sabidur a y disciplina, para entender máximas sensatas, 3 para recibir instrucción provechosa, justicia, equidad y rectitud, 4 para procurar a los ingenuos prudencia, a los jóvenes ciencia y discreción. 5 Escuche el sabio y aumentará su saber; el inteligente ganará en habilidad, 6 para comprender proverbios y alegor as, las palabras y enigmas de los sabios. 7 El principio de la ciencia es el temor de Yahveh. Los necios desprecian sabidur a y disciplina. 8 Escucha, hijo m o, la instrucción de tu padre y no rechaces la ense anza de tu madre, 9 pues son corona preciosa para tu cabeza y un collar para tu cuello. 10 Hijo m o, si los pecadores te quieren seducir, no condesciendas. 11 Si te dicen: 'Vente con nosotros; conspiremos para derramar sangre, acechemos sin motivo al inocente; 12 nos lo comeremos vivo como el seol, entero como quien desciende a la fosa; 13 hallaremos magn ficas riquezas, llenaremos de bot n nuestras casas; 14 echarás tu parte a suertes con nosotros; todos haremos bolsa común'; 15 hijo m o, no sigas su camino, desv a tu pie de su sendero, 16 porque sus pies corren al mal y se apresuran a verter sangre; 17 porque en vano se tiende la red a la vista de los mismos pájaros. 18 Conspiran contra s mismos, acechan contra su propia vida. 19 Tal es la suerte de quien corre tras el lucro: su avidez termina por matarle. 20 La sabidur a pregona por las calles, alza su voz en las plazas, 21 clama en los lugares concurridos, en las puertas de entrada a la ciudad pronuncia sus discursos: 22 ¿Hasta cuándo, inexpertos, amaréis la inexperiencia, vosotros, insolentes gozaréis con la insolencia, y los necios a la ciencia tendréis odio? 23 Atended mis advertencias; mirad que os abro mi esp ritu, os doy a conocer mis palabras. 24 Porque yo llamo y vosotros no hacéis caso, extiendo la mano y nadie atiende. 25 Pues rechazáis todos mis consejos y no aceptáis mis reprensiones, 26 también yo me reiré de vuestra desdicha, me burlaré cuando os llegue el espanto, 27 cuando os llegue como huracán el espanto y os venga como tormenta la desdicha, cuando os sorprenda la angustia y la opresión. 28 Entonces me llamarán, y no responderé; me buscarán, pero no me encontrarán. 29 Porque detestaron la ciencia y no buscaron el temor de Yahveh; 30 porque no quisieron mi consejo y rechazaron todas mis reprensiones, 31 comerán del fruto de su conducta y se hartarán de sus propios consejos. 32 La rebeld a de los simples es su muerte y la indolencia de los necios su perdición. 33 Pero quien me escucha morará seguro, vivirá tranquilo, sin miedo a la desdicha. |
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