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Malaquías 2 - Biblia Castilian 2003

1 Y ahora, sacerdotes, tened esto presente:

2 Si no escucháis y no hacéis la intención firme de dar gloria a mi nombre - dice Yahveh Sebaot -, lanzaré contra vosotros la maldición y maldeciré vuestras bendiciones. Las maldeciré porque ninguno de vosotros lo hacéis de corazón.

3 Aqu estoy yo para inutilizar vuestro brazo, para echaros basura a la cara, la basura de vuestras fiestas, y que os barran a vosotros con ella.

4 As sabréis que os he dado esta orden, para que se mantenga mi alianza con Lev - dice Yahveh Sebaot -.

5 Mi alianza con él era la vida y la paz; y yo se las di, para que con temor me respetara y reverenciara mi nombre.

6 Ense anza de verdad hab a en su boca y no hab a iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo y a muchos apartaba de la iniquidad.

7 Los labios del sacerdote deben guardar la instrucción, y en su boca se busca la ense anza, porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.

8 Pero vosotros os habéis apartado del camino, habéis hecho tropezar a muchos con vuestra ense anza, habéis destruido la alianza de Lev - dice Yahveh Sebaot -.

9 Por eso, también yo os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, de la misma manera que vosotros no habéis seguido mis caminos no habéis sido imparciales ante la ley.

10 ¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando la alianza de nuestros padres?

11 Judá ha hecho traición; abominaciones se han cometido en Judá y en Jerusalén: porque Judá ha profanado el santuario amado de Yahveh, y se ha casado con la hija de un dios extranjero.

12 ¡Extermine Yahveh al hombre que tal hace y al que lo consiente de las tiendas de Jacob y de los que presentan oblación a Yahveh Sebaot!

13 Todav a hacéis otra cosa: cubr s de lágrimas el altar de Yahveh, de lloros y gemidos, porque él ya no se interesa por la oblación ni la acepta de vuestras manos con agrado.

14 Vosotros preguntáis: '¿Por qué?'. Porque Yahveh es testigo entre ti y la esposa de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser tu compa era y la mujer de tu alianza.

15 ¿No os ha hecho como un mismo ser, de carne y de esp ritu? Y, ¿qué busca este único ser? ¡Una descendencia para Dios! Guardad, pues, vuestro esp ritu. No traicionéis a la esposa de vuestra juventud.

16 Porque yo detesto el repudio - dice Yahveh, Dios de Israel -, y a quien encubre bajo su vestido la violencia - dice Yahveh Sebaot -. Guardad, pues, vuestro esp ritu y no seáis infieles.

17 Molestáis a Yahveh con vuestras palabras y preguntáis: '¿En qué le molestamos?'. En que pensáis: 'Todos los que hacen el mal son buenos a los ojos de Yahveh, y en éstos se complace'; o cuando dec s: '¿Dónde está el Dios de la justicia?'.

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La Biblia Castilla 2003

La Biblia, Nueva Versión Internacional ®, (Castilian Version) Copyright © 1999, 2005 by Biblica, Inc.® Used by permission. All rights reserved worldwide.

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