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Lucas 24 - Biblia de las Americas 1997

La resurrección

1 Pero el primer día de la semana, al rayar el alba, las mujeres vinieron al sepulcro trayendo las especias aromáticas que habían preparado.

2 Y encontraron que la piedra había sido removida del sepulcro,

3 y cuando entraron, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús.

4 Y aconteció que estando ellas perplejas por esto, de pronto se pusieron junto a ellas dos varones en vestiduras resplandecientes;

5 y estando ellas aterrorizadas e inclinados sus rostros a tierra, ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

6 No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos cómo os habló cuando estaba aún en Galilea,

7 diciendo que el Hijo del Hombre debía ser entregado en manos de hombres pecadores, y ser crucificado, y al tercer día resucitar.

8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras,

9 y regresando del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los demás.

10 Eran María Magdalena y Juana y María, la madre de Jacobo; también las demás mujeres con ellas referían estas cosas a los apóstoles.

11 Y a ellos estas palabras les parecieron como disparates, y no las creyeron.

Jesús se manifiesta a dos discípulos

12 Pero Pedro se levantó y corrió al sepulcro; e inclinándose para mirar adentro, vio* solo las envolturas de lino; y se fue a su casa, maravillado de lo que había acontecido.

13 Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que estaba como a once kilómetros de Jerusalén.

14 Y conversaban entre sí acerca de todas estas cosas que habían acontecido.

15 Y sucedió que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y caminaba con ellos.

16 Pero sus ojos estaban velados para que no le reconocieran.

17 Y Él les dijo: ¿Qué discusiones son estas que tenéis entre vosotros mientras vais andando? Y ellos se detuvieron, con semblante triste.

18 Respondiendo uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo: ¿Eres tú el único visitante en Jerusalén que no sabe las cosas que en ella han acontecido en estos días?

19 Entonces Él les dijo: ¿Qué cosas? Y ellos le dijeron: Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo el pueblo;

20 y cómo los principales sacerdotes y nuestros gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le crucificaron.

21 Pero nosotros esperábamos que Él era el que iba a redimir a Israel. Pero además de todo esto, este es el tercer día desde que estas cosas acontecieron.

22 Y también algunas mujeres de entre nosotros nos asombraron; pues cuando fueron de madrugada al sepulcro,

23 y al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que también habían visto una aparición de ángeles que decían que Él vivía.

24 Algunos de los que estaban con nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como también las mujeres habían dicho; pero a Él no le vieron.

25 Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!

26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?

27 Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras.

28 Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos.

29 Y ellos le instaron, diciendo: Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado. Y entró a quedarse con ellos.

30 Y sucedió que al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio.

31 Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos.

32 Y se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?

33 Y levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén, y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con ellos,

34 que decían: Es verdad que el Señor ha resucitado y se ha aparecido a Simón.

Jesús se aparece a los discípulos

35 Y ellos contaban sus experiencias en el camino, y cómo le habían reconocido en el partir del pan.

36 Mientras ellos relataban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros.

37 Pero ellos, aterrorizados y asustados, pensaron que veían un espíritu.

38 Y Él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y por qué surgen dudas en vuestro corazón?

39 Mirad mis manos y mis pies, que soy yo mismo; palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.

40 Y cuando dijo esto, les mostró las manos y los pies.

41 Como ellos todavía no lo creían a causa de la alegría y que estaban asombrados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer?

42 Entonces ellos le presentaron parte de un pescado asado.

La gran comisión

43 Y Él lo tomó y comió delante de ellos.

44 Y les dijo: Esto es lo que yo os decía cuando todavía estaba con vosotros: que era necesario que se cumpliera todo lo que sobre mí está escrito en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

45 Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras,

46 y les dijo: Así está escrito, que el Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos al tercer día;

47 y que en su nombre se predicara el arrepentimiento para el perdón de los pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

48 Vosotros sois testigos de estas cosas.

Jesús se despide de sus discípulos

49 Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto.

50 Entonces los condujo fuera de la ciudad, hasta cerca de Betania, y alzando sus manos, los bendijo.

51 Y aconteció que mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado arriba al cielo.

52 Ellos, después de adorarle, regresaron a Jerusalén con gran gozo,

53 y estaban siempre en el templo alabando a Dios.

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