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Ezequiel 44 - Biblia de las Americas 1997

Deberes de los levitas y sacerdotes

1 Entonces me hizo volver por el camino de la puerta exterior del santuario que da hacia el oriente, y estaba cerrada.

2 Y el Señor me dijo: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá y nadie entrará por ella, porque el Señor, Dios de Israel, ha entrado por ella; por eso permanecerá cerrada.

3 En cuanto al príncipe, él, como príncipe, se sentará allí para comer pan delante del Señor; entrará por el camino del vestíbulo de la puerta y por el mismo camino saldrá.

4 Luego me llevó por el camino de la puerta del norte al frente del templo; miré, y he aquí, la gloria del Señor llenaba la casa del Señor, y me postré sobre mi rostro.

5 Y el Señor me dijo: Hijo de hombre, pon atención, mira con tus ojos y oye con tus oídos todo lo que te digo acerca de todos los estatutos de la casa del Señor y acerca de todas sus leyes; y fíjate bien en cuanto a la entrada del templo y a todas las salidas del santuario.

6 Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: «Así dice el Señor Dios: “Son ya demasiadas todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel,

7 cuando introdujisteis extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi casa; cuando les ofrecisteis mi alimento, la grosura y la sangre; invalidasteis, pues, mi pacto; esto además de todas vuestras abominaciones.

8 No os habéis ocupado de guardar mis cosas sagradas, sino que habéis puesto extranjeros como guardas de mis ordenanzas en mi santuario”.

9 »Así dice el Señor Dios: “Ningún extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario; ninguno de los extranjeros que están entre los hijos de Israel.

10 Y los levitas que se alejaron de mí cuando Israel se descarriaba, que se alejaron de mí tras sus ídolos, llevarán el castigo por su iniquidad.

11 Serán servidores en mi santuario, encargados de las puertas del templo y servidores en el templo; ofrecerán el holocausto y el sacrificio para el pueblo, y estarán delante de ellos para servirles.

12 Por cuanto les sirvieron delante de sus ídolos, y fueron tropezadero de iniquidad para la casa de Israel, por tanto he jurado contra ellos”, —declara el Señor Dios— “que llevarán el castigo por su iniquidad.

13 No se acercarán a mí para servirme de sacerdotes, ni se acercarán a ninguna de mis cosas santas, ni a las cosas santísimas, sino que cargarán su ignominia y las abominaciones que han cometido.

14 Los pondré como guardas de las ordenanzas del templo, de todo su servicio y de todo lo que se ha de hacer en él.

15 ”Pero los sacerdotes levitas, hijos de Sadoc, que se ocupaban de guardar mi santuario cuando los hijos de Israel se alejaron de mí, se acercarán a mí para servirme, y estarán delante de mí para ofrecerme la grosura y la sangre” —declara el Señor Dios.

16 “Ellos entrarán en mi santuario, y se acercarán a mi mesa para servirme y guardar mis ordenanzas.

17 Y cuando entren por las puertas del atrio interior, se pondrán vestiduras de lino; no se pondrán lana mientras estén sirviendo en las puertas del atrio interior y en el templo.

18 Llevarán turbantes de lino sobre sus cabezas, y calzoncillos de lino sobre sus lomos; no se ceñirán de nada que los haga sudar.

19 Cuando salgan al atrio exterior, al atrio exterior donde está el pueblo, se quitarán las vestiduras con que han estado sirviendo y las dejarán en las cámaras sagradas, y se pondrán otras vestiduras a fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras.

20 No se afeitarán la cabeza, ni se dejarán crecer el cabello; solo se recortarán el pelo de su cabeza.

21 Ningún sacerdote beberá vino cuando entre al atrio interior.

22 No tomará por mujer ni a viuda ni a divorciada, sino que tomará a una virgen del linaje de la casa de Israel, o a una viuda que sea viuda de sacerdote.

23 Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo sagrado y lo profano, y harán que ellos sepan distinguir entre lo inmundo y lo limpio.

24 En un pleito actuarán como jueces; lo decidirán conforme a mis ordenanzas. También guardarán mis leyes y mis estatutos en todas mis fiestas señaladas, y santificarán mis días de reposo.

25 No se acercarán a persona muerta para no contaminarse; pero por el padre, la madre, el hijo, la hija, el hermano, la hermana que no tenga marido, sí podrán contaminarse.

26 Después de haberse purificado, se le contarán siete días.

27 Y el día que entre en el santuario, en el atrio interior, para ministrar en el santuario, ofrecerá su ofrenda por el pecado” —declara el Señor Dios.

28 “Y con respecto a la heredad para ellos, yo soy su heredad; no les daréis posesión en Israel: yo soy su posesión.

29 Comerán la ofrenda de cereal, la ofrenda por el pecado y la ofrenda por la culpa; toda cosa consagrada en Israel será de ellos.

30 Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y de toda clase de ofrenda de vuestras ofrendas, serán para los sacerdotes; también daréis al sacerdote las primicias de vuestras masas para que haga reposar una bendición sobre vuestra casa.

31 Los sacerdotes no comerán el cuerpo muerto o despedazado de ninguna ave ni de ningún animal.

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