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Éxodo 33 - Biblia de las Americas 1997

La presencia del S
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1 Entonces el Señor dijo a Moisés: Anda, sube de aquí, tú y el pueblo que has sacado de la tierra de Egipto, a la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, diciendo: «A tu descendencia la daré».

2 Y enviaré un ángel delante de ti, y echaré fuera al cananeo, al amorreo, al hitita, al ferezeo, al heveo y al jebuseo.

3 Sube a una tierra que mana leche y miel; pues yo no subiré en medio de ti, oh Israel, no sea que te destruya en el camino, porque eres un pueblo de dura cerviz.

4 Cuando el pueblo oyó esta mala noticia, hicieron duelo, y ninguno de ellos se puso sus atavíos.

5 Porque el Señor había dicho a Moisés: Di a los hijos de Israel: «Sois un pueblo de dura cerviz; si por un momento yo me presentara en medio de ti, te destruiría. Ahora pues, quítate tus atavíos, para que yo sepa qué he de hacer contigo».

6 Y a partir del monte Horeb los hijos de Israel se despojaron de sus atavíos.

7 Y acostumbraba Moisés tomar la tienda, y la levantaba fuera del campamento a buena distancia de él, y la llamó la tienda de reunión. Y sucedía que todo el que buscaba al Señor salía a la tienda de reunión, que estaba fuera del campamento.

8 Y sucedía que cuando Moisés salía a la tienda, todo el pueblo se levantaba y permanecía de pie, cada uno a la entrada de su tienda, y seguía con la vista a Moisés hasta que él entraba en la tienda.

9 Y cuando Moisés entraba en la tienda, la columna de nube descendía y permanecía a la entrada de la tienda, y el Señor hablaba con Moisés.

10 Cuando todo el pueblo veía la columna de nube situada a la entrada de la tienda de reunión todos se levantaban y adoraban, cada cual a la entrada de su tienda.

Moisés responde al S

11 Y acostumbraba hablar el Señor con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo. Cuando Moisés regresaba al campamento, su joven ayudante Josué, hijo de Nun, no se apartaba de la tienda.

12 Y Moisés dijo al Señor: Mira, tú me dices: «Haz subir a este pueblo»; pero tú no me has declarado a quién enviarás conmigo. Además has dicho: «Te he conocido por tu nombre, y también has hallado gracia ante mis ojos».

13 Ahora pues, si he hallado gracia ante tus ojos, te ruego que me hagas conocer tus caminos para que yo te conozca y halle gracia ante tus ojos. Considera también que esta nación es tu pueblo.

14 Y Él respondió: Mi presencia irá contigo, y yo te daré descanso.

15 Entonces le dijo Moisés: Si tu presencia no va con nosotros, no nos hagas partir de aquí.

16 ¿Pues en qué se conocerá que he hallado gracia ante tus ojos, yo y tu pueblo? ¿No es acaso en que tú vayas con nosotros, para que nosotros, yo y tu pueblo, nos distingamos de todos los demás pueblos que están sobre la faz de la tierra?

17 Y el Señor dijo a Moisés: También haré esto que has hablado, por cuanto has hallado gracia ante mis ojos y te he conocido por tu nombre.

18 Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

19 Y Él respondió: Yo haré pasar toda mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y tendré compasión de quien tendré compasión.

20 Y añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir.

21 Entonces el Señor dijo: He aquí, hay un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;

22 y sucederá que al pasar mi gloria, te pondré en una hendidura de la peña y te cubriré con mi mano hasta que yo haya pasado.

23 Después apartaré mi mano y verás mis espaldas; pero no se verá mi rostro.

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