x

Biblia Todo Logo
idiomas
La Biblia Online

«

Deuteronomio 18 - Biblia de las Americas 1997

Provisión para los levitas

1 Los sacerdotes levitas, toda la tribu de Leví, no tendrán porción ni heredad con el resto de Israel; comerán de las ofrendas encendidas al Señor y de su porción.

2 Y no tendrán heredad entre sus hermanos; el Señor es su heredad, como les ha prometido.

3 Y este será el derecho de los sacerdotes de parte del pueblo, de los que ofrecen como sacrificio buey u oveja: darán para el sacerdote la espaldilla, las quijadas y el cuajar.

4 Le darás las primicias de tu grano, de tu mosto, de tu aceite y del primer esquileo de tus ovejas.

5 Porque el Señor tu Dios le ha escogido a él y a sus hijos de entre todas tus tribus, para que esté allí y sirva en el nombre del Señor, para siempre.

6 Y si un levita sale de alguna de tus ciudades, de cualquier parte de Israel en que resida, y llega con todo el deseo de su alma al lugar que el Señor escoja,

7 él ministrará en el nombre del Señor su Dios, como todos sus hermanos levitas que están allí delante del Señor.

Prohibición de las costumbres paganas

8 Comerán porciones iguales, excepto lo que reciban de la venta de sus patrimonios.

9 Cuando entres en la tierra que el Señor tu Dios te da, no aprenderás a hacer las cosas abominables de esas naciones.

10 No sea hallado en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni hechicería, o sea agorero, o hechicero,

11 o encantador, o médium, o espiritista, ni quien consulte a los muertos.

12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al Señor; y por causa de estas abominaciones el Señor tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.

13 Serás intachable delante del Señor tu Dios.

14 Porque esas naciones que vas a desalojar escuchan a los que practican hechicería y a los adivinos, pero a ti el Señor tu Dios no te lo ha permitido.

15 Un profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará el Señor tu Dios; a él oiréis.

16 Esto es conforme a todo lo que pediste al Señor tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: «No vuelva yo a oír la voz del Señor mi Dios, no vuelva a ver este gran fuego, no sea que muera».

17 Y el Señor me dijo: «Bien han hablado en lo que han dicho.

18 Un profeta como tú levantaré de entre sus hermanos, y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mande.

19 Y sucederá que a cualquiera que no oiga mis palabras que él ha de hablar en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.

20 Pero el profeta que hable con presunción en mi nombre una palabra que yo no le haya mandado hablar, o que hable en el nombre de otros dioses, ese profeta morirá».

21 Y si dices en tu corazón: «¿Cómo conoceremos la palabra que el Señor no ha hablado?».

22 Cuando un profeta hable en el nombre del Señor, si la cosa no acontece ni se cumple, esa es palabra que el Señor no ha hablado; con arrogancia la ha hablado el profeta; no tendrás temor de él.

»
La Biblia de las América

Copyright (c) 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation

Síguenos en:




Anuncios


¡Síguenos en WhatsApp! Síguenos