Pero Daniel (cuyo nombre es Beltsasar), quedó atónito casi una hora, turbado por sus pensamientos. Entonces el rey habló y dijo: Oh Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Respondió Beltsasar, y dijo: Señor mío, sea este sueño para tus enemigos, y su interpretación para los que te aborrecen.
Y el rey dijo al etíope: ¿Está bien el joven Absalón? Y el etíope dijo: ¡Como aquel joven sean los enemigos de mi señor el rey, y todos los que se levanten contra ti para mal!
Y ahora señor mío, vive YHVH y vive tu alma, puesto que YHVH te ha impedido derramar sangre y vengarte por tu propia mano, ¡sean como Nabal tus enemigos y los que procuran el mal de mi señor!