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2 Crónicas 18:34 - La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pero la batalla arreció aquel día, por lo cual el rey de Israel fue sostenido en su carro frente a los sirios hasta la tarde, pero murió al° ponerse el sol.

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Biblia Reina Valera 1960

34 Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 La encarnizada batalla se prolongó todo ese día, y el rey de Israel se mantuvo erguido en su carro frente a los arameos. Por la tarde, justo cuando se ponía el sol, Acab murió.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Pero el combate se puso más duro, de modo que tuvieron que sostener al rey en pie en su carro de guerra frente a los arameos hasta la tarde; a la caída del sol, murió.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Arreció el combate aquel día, y el rey de Israel se mantuvo erguido en su carro frente a los arameos hasta el atardecer. Pero murió al ponerse el sol.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; mas murió a la puesta del sol.

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2 Crónicas 18:34
8 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El hombre culpable de homicidio corre a la fosa: ¡Nadie lo detenga!


La desgracia persigue a los pecadores, A los justos, la paz y el bien.


Entonces dijo Micaías: ¡Si vuelves en paz, YHVH no habló por mí!, y agregó:° ¡Oídlo pueblos todos!


Y decía YHVH: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera y otro de otra.


Entonces respondió: Vi a todo Israel esparcido por los montes como ovejas sin pastor, y a YHVH que decía: Éstos no tienen amo. Retorne cada cual a su casa en paz.


Pero si no lo hacéis así, he aquí habréis pecado contra YHVH, y sabed que vuestro pecado os alcanzará.


Y un hombre tiró con el arco a la ventura, e hirió al rey de Israel entre las junturas de la armadura, por lo que dijo al auriga: ¡Vuelve tu mano° y sácame del campo, que estoy herido!


Josafat rey de Judá regresó sano y salvo a su casa en Jerusalem.


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