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Santiago 5:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Tened paciencia vosotros también, fortaleced vuestro corazón, porque está cerca la parusía del Señor.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Ustedes también deben ser pacientes. Anímense, porque la venida del Señor está cerca.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 También vosotros sed pacientes y afianzad vuestros corazones, porque la venida del Señor está cerca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Tened paciencia también vosotros; afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca.

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Santiago 5:8
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser juzgados. Mirad que el juez está ya a la puerta.


Por el contrario, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad,


Dálet. descansa en el Señor y espera en él. No te irrite el que triunfa en sus designios ni el que tiene por arte la asechanza.


El final de todo está cerca. Sed, pues, sensatos y velad en la oración.


Que vuestro mesurado comportamiento sea conocido de todos los hombres. El Señor está cerca.


Espera en el Señor: corazón denodado y valeroso, espera en el Señor.


Dice el que da fe de estas cosas: 'Sí, vengo pronto'. Amén. 'Ven, Señor Jesús'.


y mantenga vuestros corazones irreprochables y santos ante Dios nuestro Padre, en la parusía de nuestro Señor Jesús, acompañado de todo su pueblo santo.


Pero yo fijaré mi vista en Yahveh, esperaré en el Dios de mi salvación: mi Dios me escuchará.


Que el Señor dirija vuestros corazones al amor de Dios y a la perseverante espera de Cristo.


Pero, si estamos esperando lo que no vemos, con constancia y con ansia lo aguardamos.


Yo espero en el Señor, mi alma espera, yo confío en su palabra.


y para esperar la vuelta del cielo de su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a Jesús, que nos libra de la ira venidera.


Porque es una visión para un tiempo fijado, se acerca a su fin y no defraudará. Si tarda, espérala, pues vendrá sin falta y no fallará.


Llega el tiempo, se acerca el día; no se alegre el comprador ni se aflija el vendedor, porque sobre toda la multitud pesa la ira.


A fuerza de constancia salvaréis vuestras vidas.


Le responde Jesús: 'Si quiero que éste permanezca hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué? Tú sígueme'.


Porque, ¿cuál es nuestra esperanza o alegría o corona de gloria de que sentirnos orgullosos ante nuestro Señor Jesús en su parusía, sino vosotros mismos? Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegría.


Vuestro oro y vuestra plata enmohecidos. Su moho dará testimonio contra vosotros y consumirá como fuego vuestras carnes. Habéis atesorado para estos días que son los últimos.


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