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Salmos 89:51 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

51 Ten en cuenta, Señor, los ultrajes de tus siervos -los de numerosos pueblos que yo aguanto en mi seno-,

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Biblia Reina Valera 1960

51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos han deshonrado los pasos de tu ungido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

51 Tus enemigos se han burlado de mí, oh Señor; se mofan de tu rey ungido por dondequiera que va.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

51 ¡Cuántos insultos de tus enemigos, Señor, cómo insultan las huellas de tu ungido!

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La Biblia Textual 3a Edicion

51 Acuérdate° de que tus enemigos han afrentado, oh YHVH, Han afrentado las pisadas de tu ungido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

51 Porque tus enemigos, oh Jehová, han deshonrado, han deshonrado los pasos de tu ungido.

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Salmos 89:51
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¿Hasta cuándo, Señor, ha de ultrajar el opresor? ¿Despreciarán los enemigos tu nombre para siempre?


pero con modales amables y respetuosos. Tened la conciencia limpia, y así, los que difaman vuestra buena conducta en Cristo quedarán confundidos por hablar mal de vosotros.


Hubo quienes sufrieron prueba de ultrajes y de azotes, e incluso de cadenas y de cárcel.


unas veces como objeto de públicas injurias y tribulaciones, otras veces como solidarios de los que sufrían aquel trato.


Ellos, pues, salían gozosos de la presencia del sanedrín, porque habían sido dignos de padecer afrentas por el Nombre.


Los judíos le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'.


que declararon: 'Éste ha dicho: 'Yo puedo destruir el templo de Dios, y en tres días reconstruirlo''.


Cuando lo oyeron los fariseos, replicaron: 'Éste no arroja los demonios sino por arte de Beelzebul, príncipe de los demonios'.


Yo invoco al Dios Altísimo, al Dios que cumple en mi favor,


Por tu causa es, ciertamente, el que yo sufra vejación y que me cubran el rostro las afrentas,


En nombre de tu justicia, aparta, Señor, tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, tu santa montaña; pues, por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.


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