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Salmos 63:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Salmo. De David. Estando en el desierto de Judá.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Oh Dios, tú eres mi Dios, a ti te busco, mi alma tiene sed de ti; en pos de ti mi carne languidece cual tierra seca, sedienta, sin agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. ¡Oh ’Elohim, Tú eres mi Dios! Te buscaré ansiosamente; Mi alma tiene sed de ti, Mi carne desfallece por ti, En tierra seca y yerma, donde no hay agua.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Salmo de David, estando en el desierto de Judá Oh Dios, Dios mío eres tú: De madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde agua no hay;

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Salmos 63:1
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo tiendo hacia ti mis manos: como tierra extenuada, así va hacia ti mi alma.


Cuán amable es tu morada, Señor de los ejércitos.


Buscad primero el reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura.


puede al Señor decir: '¡Mi refugio y fortaleza, mi Dios, en quien confío!'.


Yah es mi fuerza y objeto de mi canto; él ha sido salvación para mí. Él es mi Dios, y yo lo alabaré; es el Dios de mi padre, y lo ensalzaré.


escucha el rumor de mis gemidos, tú, mi rey y mi Dios, que a ti va mi plegaria.


yo, Dios de Israel, no los abandonaré. Alumbraré corrientes sobre las crestas, manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra seca en fuentes de agua.


El último día de la fiesta, que era el más solemne, Jesús, puesto de pie, exclamó con voz fuerte: 'Quien tenga sed venga a mí y beba.


Tú, mi Dios, yo quiero darte gracias; mi Señor, yo quiero enaltecerte.


yo amo a los que me aman, y los que me buscan me encuentran.


Enséñame a cumplir tu voluntad, pues tú eres mi Dios. Que tu aliento bondadoso me conduzca por una tierra llana.


Meteré ese tercio en el fuego: los purificaré como se purifica la plata y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo lo escucharé y diré: 'Éste es mi pueblo'. Y él dirá: 'Yahveh es mi Dios'.'


Voy a volverme a mi lugar, hasta que expíen su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán ansiosamente.


Cuando él los castigaba, lo buscaban, tornaban y volvían hacia él,


con quebranto en los huesos?'. El opresor me insulta, diciéndome sin tregua: '¿Dónde está tu Dios?'.


Percibo el cuchicheo de la masa -terror de todas partes-, cuando traman, unidos contra mí, y proyectan darme muerte.


Si tú recurres a Dios, si suplicas la piedad de Sadday,


Dijo entonces el profeta Gad a David: 'No te quedes en la fortaleza, vete y vuélvete al país de Judá'. David se fue y se refugió en el bosque de Jéret.


Ésta será la alianza que sellaré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo de Yahveh-: Pongo mi ley en su interior y la escribo en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.


En aquel tiempo -oráculo de Yahveh-, seré el Dios de todas las tribus de Israel y ellas serán mi pueblo.


La tierra requemada se trocará en pantano, el páramo en manantiales de agua. En el cubil de los chacales, en su sesteadero, habrá verdor de cañas y juncos.


Pero el pueblo tenía una sed ardiente y murmuró contra Moisés, diciendo: '¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?'.


Jesús le responde: 'Suéltame, pues todavía no he subido al Padre, vete a mis hermanos y diles: 'Voy a subir a mi Padre y vuestro Padre; a mi Dios y vuestro Dios''.


Kaf. Mi alma desfallece por tu amparo, yo fío en tu palabra;


Cuando el espíritu impuro sale del hombre vaga por los desiertos buscando reposo, pero no lo encuentra.


Será cada uno como abrigo contra el viento, como refugio contra el temporal, como arroyos de agua en erial, como sombra de roca maciza en tierra agostada.


Muchachas de Jerusalén, yo os conjuro: si encontráis a mi amado ¿qué le habéis de decir? Que estoy enferma de amor.


Mirad: yo, por mi parte, voy a detenerme en las estepas del desierto hasta que me llegue de vosotros algún aviso'.


Él, Yahveh, es nuestro Dios; sobre toda la tierra sus juicios.


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