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Salmos 45:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Hijas tienes de reyes entre tus favoritas, y a tu diestra en pie la reina, con oro de Ofir ataviada.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Escúchame, oh hija de la realeza; toma en serio lo que te digo: olvídate de tu pueblo y de tu familia, que están lejos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ahora tú, hija, atiéndeme y escucha: olvida a tu pueblo y la casa de tu padre,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Oye, hija, y mira, y aplica tu oído, Olvida tu pueblo y la casa de tu padre,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida a tu pueblo, y a la casa de tu padre;

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Salmos 45:10
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Dijo Yahveh a Abrán: 'Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te indicaré.


Y todo aquel que por mi nombre haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o campos, recibirá mucho más y heredará vida eterna.


El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí;


Por eso añade: Salid de entre ellos y vivid aparte, dice el Señor. No toquéis nada impuro, y yo os acogeré.


luego se quitará el vestido de cautiva y habitará en tu casa. Por espacio de un mes llorará a su padre y a su madre; después podrás llegarte a ella, y serás su marido y ella será tu mujer.


Así que nosotros, desde ahora en adelante, a nadie conocemos por su condición puramente humana; y aunque hubiéramos conocido a Cristo por su condición puramente humana, ahora ya no lo conocemos así.


'Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre y a su madre, a la mujer y a los hijos, a los hermanos y a las hermanas, y más aún, incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo.


el que dijo de su padre y de su madre: no les he visto, el que no reconoce a sus hermanos, y a sus hijos ignora; pues ellos guardaron tu palabra y conservarán tu alianza.


Por eso, deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y vienen a ser los dos una sola carne.


Pero él respondió: 'No iré; me volveré a mi tierra y a mi parentela'.


Llegaron hasta Ofir, de donde trajeron cuatrocientos veinte talentos de oro, que presentaron al rey Salomón.


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