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Salmos 35:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Dirán todos mis huesos: '¿Quién, Señor, como tú, que libras al pequeño del más fuerte, al pobre e indigente de quienes los despojan?'

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Biblia Reina Valera 1960

10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Con cada hueso de mi cuerpo lo alabaré: «Señor, ¿quién se compara contigo? ¿Quién otro rescata a los indefensos de las manos de los fuertes? ¿Quién otro protege a los indefensos y a los pobres de quienes les roban?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Todo mi ser exclamará: ' Señor, ¿quién hay como tú, que libras al débil de la mano del fuerte, y al pobre y al pequeño del que los despoja?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Todos mis huesos dirán: Oh YHVH, ¿quién como Tú, Que libras al débil del que es más fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que lo despoja?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más fuerte que él, y al pobre y necesitado del que lo despoja?

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Salmos 35:10
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Que el hombre calumniador no se afirme en el país; que al hombre violento le acose a empujones la desgracia.


¿Quién como tú, entre los dioses, oh Yahveh? ¿Quién como tú, magnifico en santidad, terrible en tus proezas, hacedor de maravillas?


él se eleva a la diestra del humilde para salvarle de sus acusadores.


No hay, Señor, como tú entre los dioses, ni hay obras cual las tuyas.


Tu justicia, oh Dios, llega a lo alto, tú haces cosas grandes. ¿Quién hay, oh Dios, como tú?


Tú quieres la verdad en lo profundo y me enseñas saber, en lo secreto.


Él envía de lo alto y me recoge, de las aguas hinchadas me arrebata.


Tus flechas han caído sobre mí y se ha bajado contra mí tu mano.


Res. Grandes son los males de los justos, y él los salva de todos.


Mientras quise callar, mis huesos se gastaban en llanto todo el día;


hacia mí abren sus fauces, como león que ruge y que devora.


Res. Tú mismo puedes ver, observar el pesar y la aflicción y tomarlos en tus manos. A ti el pobre se abandona, al huérfano eres tú quien le socorre.


¿A quién me compararéis que se me parezca?, dice el Santo.


¿Con quién compararéis a Dios y qué cosa semejante le opondréis?


No me ocultes tu rostro el día de mi angustia; inclina tus oídos hacia mí y, en la hora en que te invoco, respóndeme en seguida.


Los humildes, al verlo, gozarán: los que buscáis a Dios, arriba los corazones,


Jet. Desenvainan la espada los impíos, tensan luego sus arcos, para abatir al pobre y desvalido y dar muerte a los justos.


He. Poned en él los ojos, estad radiantes y no tengáis los rostros abatidos.


Bendecid al Señor, sus servidores, rendidle vasallaje, estirpe de Jacob, temblad en su presencia, linaje de Israel.


¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? Sí, esto se te debe; porque entre todos los sabios de las gentes y en todos sus reinos nadie hay como tú.


Él me libra del émulo pujante y del rival que me aventaja en fuerza.


Concédeme sentir el gozo y la alegría, y puedan solazarse estos huesos que tú has quebrantado.


El Señor hace justicia, concede su derecho al oprimido.


Yo sé que el Señor lleva la causa del humilde y el juicio del pobre.


el que cumple su promesa por los siglos, el que hace justicia al oprimido y da pan al hambriento. El Señor es el que libra al prisionero,


Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque libró la vida del pobre de la mano de los malvados.


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