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Salmos 32:3 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Mientras quise callar, mis huesos se gastaban en llanto todo el día;

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Biblia Reina Valera 1960

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Mientras me negué a confesar mi pecado, mi cuerpo se consumió, y gemía todo el día.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Hasta que no lo confesaba, se consumían mis huesos, gimiendo todo el día.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Mientras callé, se consumieron mis huesos, En mi gemir todo el día.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día.

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Salmos 32:3
26 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Mis riñones están enfebrecidos no hay en mi carne parte sana.


Tus flechas han caído sobre mí y se ha bajado contra mí tu mano.


Aun cuando grito y pido auxilio, cierra el paso a mi oración.


Del director. Sobre 'la cierva de la aurora'. Salmo. De David.


No me invocan con su corazón, cuando gimen en sus lechos; por el trigo y el mosto se hacen incisiones, se rebelan contra mí.


Quien encubre sus faltas no tiene dicha; quien las confiesa y se enmienda, logrará piedad.


La piel se me ha renegrido, los huesos me arden de fiebre.


Tú quieres la verdad en lo profundo y me enseñas saber, en lo secreto.


Bet. Consumió mi carne y mi piel, quebrantó mis huesos.


Guímel. Desterrada está Judá, en aflicción y dura servidumbre; dispersa entre las naciones, no encuentra reposo. Le dieron alcance sus perseguidores, la cercaron de angustias.


Gruñimos como los osos todos nosotros, y como las palomas sin cesar arrullamos. Esperábamos la justicia: y ¡nada!; la salvación: y está lejos de nosotros.


Tus hijos yacen desmayados, en todas las bocacalles, como antílope en la red, repleto del furor de Yahveh, de la increpación de tu Dios.


Ah Señor, no me corrijas en tu enojo y en tu furor no me reprendas.


De noche siento los huesos taladrados, no descansan las llagas que me devoran.


Mis suspiros me sirven de alimento y como el agua se derraman mis gemidos,


Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.


Por su pecado de avaricia me enojé, lo herí, escondiéndome, enojado; él seguía obstinado su camino preferido;


Recogieron luego sus huesos y los sepultaron bajo el tamarisco de Yabés; y ayunaron durante siete días.


Corazón alegre procura remedio, espíritu abatido reseca los huesos.


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