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Salmos 32:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Muchos son los dolores del impío, mal al que fía en el Señor la gracia le circunda.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Muchos dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Muchos son los dolores de los malvados, pero el amor inagotable rodea a los que confían en el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el Señor lo envolverá la gracia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Muchos dolores habrá para el impío, Pero al que confía en YHVH lo rodea la misericordia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Muchos dolores habrá para el impío; mas al que confía en Jehová, le rodeará la misericordia.

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Salmos 32:10
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Quien cuida de las cosas encuentra la dicha. ¡Feliz quien confía en Yahveh!


La miseria persigue a los pecadores; la dicha recompensa a los justos.


el Señor tiene contento en quien le teme, en los que esperan en sus gracias.


Dichoso el que en su ayuda tiene al Dios de Jacob, con la esperanza en el Señor su Dios,


Jet. El ángel del Señor acampa en torno de los que le temen, y los salva.


Con ello han de alegrarse cuantos buscan tu refugio; exultarán perpetuamente de que tú los protejas, y en ti se gozarán cuantos aman tu nombre.


Porque la raíz de todos los males es la afición al dinero y, por el afán de conseguirlo, algunos se han desviado de la fe y se han visto sumergidos en muchas preocupaciones angustiosas.


Torre y escudo es el Señor: él otorga favores y fortuna, y no rehúsa bien alguno al que camina en rectitud.


multiplican sus ídolos para correr en pos de ellos. Yo no quiero verter sus sangrientas libaciones, ni pronunciar sus nombres con mis labios.


no sea que se enoje y perdáis vuestros caminos, pues su ira se enciende en un momento. ¡Dichosos los que en él buscan abrigo!


¡Ay del impío! Le irá mal, pues se le pagará por lo hecho con sus manos.


El pecador obra mal cien veces, y su vida se prolonga. Pero yo sé que la dicha es para los que temen a Dios, precisamente porque le temen;


arrojen sobre ellos carbones encendidos, que los echen en simas de que no puedan levantarse.


En mi boca pone él un canto nuevo, alabanza a nuestro Dios. Al ver, temerán muchos, confiarán en el Señor,


No hay paz, dice mi Dios, para los malvados'.


Sobre el impío hace llover carbones encendidos con azufre: el viento calcinante es la parte de su copa.


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