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Salmos 18:20 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Él me lleva al abierto, me pone en libertad, porque me ama.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 El Señor me recompensó por hacer lo correcto; me restauró debido a mi inocencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 El Señor según mis méritos me trata, limpias son mis manos, y él me lo paga.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 YHVH me ha premiado conforme a mi justicia, Me ha retribuido según la pureza de mis manos,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Jehová me pagó conforme a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.

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Salmos 18:20
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El que tiene manos limpias y puro el corazón; que a lo vano no eleva sus deseos ni jura con perfidia.


El que planta y el que riega son una misma cosa; eso sí, cada uno recibirá el salario a la medida de su trabajo.


para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará la recompensa.


El malvado obtiene falsas ganancias, quien siembra justicia tiene paga segura.


Tendrán gozo los justos de haber visto venganza, y en la sangre del impío podrán bañar sus pies.


Tal es también el sumo sacerdote que nos era conveniente: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo.


Mirad a Yahveh, que proclama hasta el confín de la tierra: 'Decid a la hija de Sión: mira que llega tu salvación; mira que viene con él su recompensa y le precede su paga.


Yo me decía: 'En vano me cansé, por nada, por viento, agoté mi fuerza'. Pero en verdad, mi derecho está en Yahveh y mi recompensa en mi Dios.


Él libra al hombre inocente, y tú te librarás, si tus manos son puras'.


Quiero lavar mis manos en pureza y dar vueltas, Señor, en torno a tus altares,


La asamblea de los pueblos te corteja; aposéntate en alto sobre ella:


No desgarren mi vida, cual león: destroza y no hay quien salve.


Cuando terminó David de decir estas palabras a Saúl, Saúl exclamó: '¿Es tuya esta voz, hijo mío David?'. Y Saúl levantó la voz, y rompió a llorar.


También a ti te librará de la angustia: vivirás en abundancia, sin estrecheces, rebosará tu mesa de pingües manjares.


No me entregas en manos de enemigos, mas colocas mis pies en campo libre.


En la angustia yo clamo hacia el Señor, y el Señor me socorre con la holgura.


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