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Salmos 138:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Te bendicen, Señor, todos los reyes de la tierra, al aprender los dichos de tu boca:

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Biblia Reina Valera 1960

4 Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, Porque han oído los dichos de tu boca.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Todos los reyes del mundo te darán gracias, Señor, porque cada uno de ellos escuchará tus palabras.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Te darán gracias, Señor, todos los reyes de la tierra, cuando oigan las palabras de tu boca,

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Que todos los reyes de la tierra te confiesen, oh YHVH, Cuando hayan oído los oráculos de tu boca.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, cuando escuchen los dichos de tu boca.

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Salmos 138:4
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tus siervos se complacen en sus piedras, tienen cariño hasta a su polvo.


Ante él se postrarán todos los reyes, le servirán las naciones.


Los pobres comerán hasta saciarse, los que buscan al Señor lo alabarán: su corazón ha de vivir por siempre.


líbrame de las fauces del león, a este pobre de los cuernos del búfalo.


Caminarán las naciones a su luz y los reyes de la tierra llevarán a ella su gloria.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que decían: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Señor y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


Te amamantarás con la leche de las naciones, al pecho de los reyes te amamantarás, y sabrás que yo, Yahveh, soy tu salvador, y el fuerte de Jacob tu redentor.


Reyes serán tus ayos y sus princesas tus nodrizas; rostro en tierra te adorarán y lamerán el polvo de tus pies, para que sepas que yo soy Yahveh y que no se avergüenzan quienes confían en mí'.


Y así se ha de contar en Sión sobre el renombre del Señor y en Jerusalén sobre sus glorias,


Mas tampoco en la vejez y en la canicie me abandones, oh Dios, hasta que cuente a los descendientes acerca de tu brazo, sobre tus portentos a todos los que vengan.


No me arrojes de tu vista ni retires de mí tu santo aliento.


Despertad, mis entrañas, despertad, arpa y laúd: yo quiero despertarme con la aurora.


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