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Salmos 13:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Observa tú y atiéndeme, Señor, Dios mío; ilumina mis ojos, no me duerma en la muerte;

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Biblia Reina Valera 1960

4 Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 No permitas que mis enemigos se regodeen diciendo: «¡Lo hemos derrotado!». No dejes que se regodeen en mi caída.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 y no diga mi enemigo que acabó conmigo, ni mis adversarios se alegren al verme vacilar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Para que mi enemigo no diga: ¡Lo vencí! Ni mi adversario se alegre cuando sea sacudido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Para que no diga mi enemigo: Lo he vencido: Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalare;

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Salmos 13:4
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

en tí, mi Dios, confío. Que no sufra vergüenza, que no tengan en mí mis enemigos motivo de alegría.


Te combatirán, pero no podrán contigo, porque contigo estoy yo -oráculo de Yahveh- para salvarte.


Nadie se consolida por la maldad, la estirpe de los justos no flaquea.


Busca sólo en Dios reposo, alma mía: él es en quien yo espero;


Pero en ti, Señor, espero, y tú me responderás, Señor, mi Dios.


Llegará a oídos de los cananeos y de todos los habitantes del país, y se volverán contra nosotros para borrar nuestro nombre de la tierra. ¿Qué harás tú, entonces, por tu gran nombre?'.


Ain. Por eso estoy llorando y mis ojos se deshacen en lágrimas, porque se alejó de mí el consolador, el que puede devolverme la vida. Mis hijos están desolados, porque prevalece el enemigo.


Kaf. jamás fenecerá, Lámed. es perdurable el recuerdo de los justos.


Tan sólo en el Señor mi alma halla reposo, de él viene mi victoria,


hacen suave su boca, de manteca, y en su seno está la guerra; lenifican sus labios, más que el óleo, y son sables desnudos.


Que no puedan pensar en su interior: '¡Ajá!, lo que queríamos'. Que no puedan decir: 'Lo hemos engullido'.


No se rían de mí mis falaces enemigos, ni se guiñen el ojo los que sin causa me aborrecen.


En su interior se dice: 'Dios se olvida, tiene oculto su rostro y no verá jamás'.


Kaf. Él, cierto, no se olvida del pobre para siempre, ni se malogra por los siglos la esperanza del humilde.


Mas ahora, en un instante, Yahveh, nuestro Dios, nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto de rescatados y de darnos un apoyo en su lugar santo. Nuestro Dios ha iluminado así nuestros ojos y ha otorgado un pequeño respiro a nuestra vida en medio de nuestra servidumbre.


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