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Salmos 116:8 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Tú, cierto, me preservas de la muerte, mis ojos del llanto, mis pies de la caída.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Pues tú has librado mi alma de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de resbalar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Me rescató de la muerte; quitó las lágrimas de mis ojos, y libró a mis pies de tropezar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ha librado mi alma de la muerte, de lágrimas mis ojos y mis pies de dar un paso en falso.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Tú has librado mi alma de la Muerte, Mis ojos de las lágrimas, Y mis pies de los tropiezos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Pues tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas, y mis pies de resbalar.

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Salmos 116:8
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

A mi cargo, oh Dios, los votos, cumpliré en tu honor la acción de gracias.


Enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte ya no existirá, ni existirán ya ni llanto ni lamentos ni trabajos, porque las cosas de antes ya han pasado'.


Tus mercedes conmigo son muy grandes, has salvado mi vida del profundo seol.


Porque el Cordero que está en medio del trono los apacentará y a manantiales de aguas vivas les conducirá. Y enjugará Dios toda lágrima de sus ojos'.


Destruirá la muerte para siempre. Enjugará el Señor Yahveh las lágrimas de todos los rostros; el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra. Así lo ha dicho Yahveh.


'Vuelve y di a Ezequías: así habla Yahveh, Dios de David, tu antepasado: he oído tu oración y he visto tus lágrimas. Voy, pues, a curarte, de suerte que dentro de tres días podrás subir al templo de Yahveh. Añadiré a tus días quince años más


Cuando digo: 'Mi pie se tambalea', tu gracia me sustenta.


Como un hato de ovejas se encauzan al seol, su pastor es la muerte: allá bajan, directos, a la fosa. El seol será la roca donde pasen sus días alejados de sus altas residencias.


No quedará postrado, aunque cayere, pues el Señor lo tiene de su mano.


Los exploradores avistaron a un hombre que salía de la ciudad y le dijeron: 'Indícanos la entrada de la ciudad y te perdonaremos la vida'.


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