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Salmos 105:15 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 '¡No toquéis a mis ungidos, no hagáis daño a mis profetas!'.

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Biblia Reina Valera 1960

15 No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 «No toquen a mi pueblo elegido ni hagan daño a mis profetas».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 No toquen a los que me he consagrado, a mis profetas no les hagan daño.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 No toquéis a mis ungidos, Ni hagáis mal a mis profetas.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas.

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Salmos 105:15
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

y le dijo: 'Corre y di a ese joven: Abierta ha de quedar Jerusalén por la cantidad de hombres y animales que albergará.


Dio Abimélec esta orden a todo el pueblo: 'El que toque a este hombre o a su mujer, será reo de muerte'.


Ahora, pues, devuelve la mujer de este hombre, pues él es un profeta, y orará por ti, y vivirás. Si no la devuelves, sabe que de cierto morirás, tú y todos los tuyos'.


En cuanto a vosotros, la unción que de él recibisteis permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Y dado que su unción os enseña todas las cosas -y es verdad y no mentira-, permaneced en él tal como él os ha enseñado.


También ungirás a Jehú, hijo de Numsí, por rey de Israel. Y a Eliseo, hijo de Safat, de Abel Mejolá, lo ungirás como profeta en lugar tuyo.


Y David le intimó: '¿Cómo no has sentido temor de levantar tu mano para matar al ungido de Yahveh?'.


Al oír el rey Jeroboán lo que el varón de Dios gritaba contra el altar de Betel, extendió su mano desde encima del altar y dijo: '¡Prendedlo!'. Pero se le secó la mano que había extendido contra él y no pudo volverla hacia sí.


Refirió Amán a Zéres, su mujer, y a todos sus amigos cuanto le había sucedido; y sus amigos y su mujer Zéres le dijeron: 'Si ese Mardoqueo ante quien has comenzado a caer es de la raza de los judíos nada podrás contra él, sino ten por cierto que ante él sucumbirás'.


sino que el rey ordenó a Yerajmeel, hijo del rey; a Serayas, hijo de Azriel, y a Selemías, hijo de Abdel, que prendieran a Baruc, el secretario, y a Jeremías, el profeta; pero Yahveh los escondió.


'Atiéndelo, mira por él, no le hagas ningún daño, antes al contrario: pórtate con él como él te pida'.


Pues así dice Yahveh Sebaot -cuya gloria me ha enviado- a las naciones que os despojan: quien os toca a vosotros me toca la niña de los ojos.


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