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Romanos 7:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Así, pues, hermanos míos, también vosotros quedasteis muertos para la ley por medio del cuerpo de Cristo, para pertenecer de hecho a otro: al resucitado de entre los muertos, de manera que demos frutos para Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Por lo tanto, mis amados hermanos, la cuestión es la siguiente: ustedes murieron al poder de la ley cuando murieron con Cristo y ahora están unidos a aquel que fue levantado de los muertos. Como resultado, podemos producir una cosecha de buenas acciones para Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Lo mismo pasa con ustedes, hermanos, pues han muerto a la Ley en la persona de Cristo, y han pasado a pertenecer a otro, al que resucitó de entre los muertos, a fin de que diéramos fruto para Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Así también vosotros, hermanos míos, se os hizo morir a la ley mediante el cuerpo del Mesías, para que llegarais a ser de otro, del que fue resucitado de entre los muertos, a fin de que diéramos fruto para Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Así también vosotros mis hermanos, habéis muerto a la ley por el cuerpo de Cristo; para que seáis de otro, de Aquél que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.

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Romanos 7:4
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.


Porque esposo tuyo será tu creador, Yahveh Sebaot es su nombre; y tu redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.


Porque la ley del Espíritu, dador de la vida en Cristo Jesús, me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


abolió la ley de los mandamientos formulados en ordenanzas, para crear en él, de los dos, un solo hombre nuevo, estableciendo la paz,


pero ahora, al morir a aquello que nos aprisionaba, hemos quedado desligados de esa ley, de modo que sirvamos en el nuevo régimen del Espíritu, y no en el antiguo de la letra escrita.


Pero si os dejáis guiar por el Espíritu, no estáis bajo la ley.


ahora ya os ha reconciliado por su cuerpo de carne mediante la muerte, para presentaros santos, sin tacha e irreprochables ante él,


Mientras que ahora, emancipados del pecado y convertidos en esclavos de Dios, tenéis por fruto vuestro la justificación y, como final, vida eterna.


Cristo nos rescató de la maldición de la ley haciéndose maldición por nosotros, pues está escrito: Maldito todo el que es colgado de un madero.


Porque el pecado no tendrá ya dominio sobre vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.


anuló la nota de nuestra deuda escrita en las ordenanzas, que os era desfavorable, y la arrancó de allí, clavándola en la cruz.


para que caminéis según el Señor se merece, a plena satisfacción suya, dando frutos en toda obra buena y creciendo en el conocimiento de Dios;


llenos del fruto de justicia que se obtiene por medio de Cristo, para gloria y alabanza de Dios.


Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.


¡Ni pensarlo! Quienes ya hemos muerto al pecado, ¿cómo hemos de seguir todavía viviendo en él?


Si habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿cómo es que, cual si vivierais en este mundo, os dejáis imponer ordenanzas del tipo de


que llegó hasta vosotros y está fructificando y creciendo en todo el mundo, al igual que entre vosotros, desde el día en que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en su genuino sentido,


Y no es que yo busque donativos; lo que busco es que los intereses aumenten vuestra cuenta.


Es el novio el que tiene a la novia; pero el amigo del novio, que está con él y lo oye, se llena de alegría al oír su voz. Pues bien, esta alegría mía se ha cumplido ya.


Mientras estaban comiendo, Jesús tomó pan y, recitando la bendición, lo partió, se lo dio a los discípulos y dijo: 'Tomad, comed; esto es mi cuerpo'.


Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas finales y me dijo: 'Ven; te mostraré a la desposada, la esposa del Cordero'.


Y en virtud de esta voluntad, quedamos consagrados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha de una vez para siempre.


Estoy celoso de vosotros con celo de Dios, porque os desposé con un solo marido para presentaros, como virgen pura, a Cristo.


La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?


En esto consiste la gloria de mi Padre: en que deis mucho fruto y así manifestéis ser mis discípulos.'


Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo: quien coma de este pan vivirá eternamente; pues el pan que yo daré es mi carne, por la vida del mundo'.


Pues como un joven desposa a una doncella, te desposará tu constructor, y como se goza el esposo con la esposa, se gozará contigo tu Dios.


Finalmente, otros hay que reciben la semilla en tierra buena; son los que oyen la palabra y la aceptan en su corazón y dan fruto al treinta por uno, al sesenta, o al ciento'.


Así también vosotros consideraos, de una parte [que estáis] muertos al pecado; y de otra, vivos para Dios en Cristo Jesús.


Por consiguiente, será tenida por adúltera si, mientras vive el marido, se une a otro hombre; pero, si muere el marido, queda libre de esa ley, de suerte que ya no será adúltera aunque se una a otro hombre.


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