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Romanos 7:10 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 mientras que yo quedé muerto; y me encontré con que el mandamiento, que de suyo es para vida, resultó ser para muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida, a mí me resultó para muerte;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 y yo morí. Entonces me di cuenta de que los mandatos de la ley —que supuestamente traían vida— trajeron, en cambio, muerte espiritual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 y yo morí. Así, pues, el precepto que había sido dado para la vida me trajo la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 y yo morí; y este mandamiento que era para vida, resultó ser para muerte;

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y el mandamiento que era para vida, yo encontré que era para muerte.

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Romanos 7:10
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Si aquel ministerio de muerte, grabado con letras sobre piedras, fue tan glorioso que los hijos de Israel no podían fijar la vista en el rostro de Moisés a causa del resplandor -aunque pasajero- de su rostro,


Moisés, en efecto, escribe acerca de la justicia procedente de la ley: El que la practique vivirá gracias a ella.


Observaréis mis mandamientos y mis preceptos; el que los cumpla vivirá gracias a ellos. Yo, Yahveh.


y la ley no procede de la fe, sino que: El que cumpla estas cosas, vivirá por ellas.


Pero los hijos se rebelaron contra mí, no procedieron según mis leyes, ni observaron ni pusieron en práctica mis normas, por medio de las cuales vive el hombre que las cumple, y profanaron mis sábados. Pensé entonces volcar mi furor sobre ellos, desahogando del todo mi ira contra ellos en el desierto;


Les di mis leyes y les hice saber mis normas, por medio de las cuales vive el hombre que las cumple.


Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no procedieron según mis leyes, despreciaron mis normas, por medio de las cuales vive el hombre que las cumple, y profanaron constantemente mis sábados. Pensé entonces volcar mi furor sobre ellos exterminándolos en el desierto.


ya que la ley acarrea el castigo, mientras que donde no hay ley, tampoco hay transgresión.


Hubo un tiempo en que yo vivía sin ley; pero, en llegando el mandamiento, revivió el pecado,


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