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Romanos 6:13 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 ni ofrezcáis más vuestros miembros como armas de iniquidad al servicio del pecado, sino consagraos a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida y ofreced vuestros miembros como armas de justificación al servicio de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 No dejen que ninguna parte de su cuerpo se convierta en un instrumento del mal para servir al pecado. En cambio, entréguense completamente a Dios, porque antes estaban muertos pero ahora tienen una vida nueva. Así que usen todo su cuerpo como un instrumento para hacer lo que es correcto para la gloria de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 No le entreguen sus miembros, que vendrían a ser como malas armas al servicio del pecado. Por el contrario, ofrézcanse ustedes mismos a Dios, como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas santas al servicio de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 ni tampoco presentéis vuestros miembros como instrumentos° de iniquidad para el pecado, sino presentaos vosotros mismos a Dios como viviendo fuera de los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos° de justicia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad; sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.

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Romanos 6:13
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por lo tanto, os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestras propias personas como víctima viva, santa, agradable a Dios; sea éste vuestro culto espiritual.


¿No sabéis que, si os ofrecéis a alguien como esclavos para estar bajo su obediencia, sois realmente esclavos de aquel a quien os sujetáis, ya sea del pecado para muerte, ya sea de la obediencia para justificación?


Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo y los subió al madero, para que, muertos a los pecados, vivamos para la justicia. Por sus cardenales habéis sido curados.


Haced morir, pues, cuanto hay de terreno en vosotros: lujuria, impureza, pasión, deseo malo, y la sed de lucro, que es una idolatría.


De hecho, cuando vivíamos sometidos a lo puramente humano, las pasiones pecaminosas, sirviéndose de la ley, actuaban en nuestros miembros, haciéndonos producir frutos para la muerte,


para vivir el resto de sus días no según las pasiones humanas, sino según la voluntad de Dios.


Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros pecados y en vuestra carne incircuncisa, os vivificó juntamente con él, os perdonó todas las faltas,


Se ha pagado por vosotros un buen precio. Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.


Si confesamos nuestros pecados, fiel es y justo para perdonarnos los pecados y para purificarnos de toda iniquidad.


¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Voy entonces a arrancar los miembros de Cristo para hacerlos miembros de prostituta? ¡Ni pensarlo!


también a nosotros, muertos por nuestros pecados, nos vivificó juntamente con Cristo -pues de gracia habéis sido salvados-,


según mi ávida expectación y mi esperanza de que en nada seré defraudado, sino que, con toda valentía, ahora como siempre, Cristo será públicamente magnificado en mi cuerpo, ya sea mediante la vida, ya sea mediante la muerte.


¿O es que no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? ¡No os engañéis! Ni lujuriosos, ni idólatras, ni adúlteros, ni pervertidos, ni sodomitas,


-Estoy hablando en términos humanos, a causa de vuestra natural limitación-. Pues bien, así como ofrecisteis vuestros miembros al servicio de la impureza y de la inmoralidad, hasta caer en la inmoralidad total, así también ofreced ahora vuestros miembros al servicio de la justicia, hasta llegar a la santidad.


Las armas de mi combate no son carnales, sino que tienen poder divino para derribar fortalezas: derribamos sofismas


Así también vosotros consideraos, de una parte [que estáis] muertos al pecado; y de otra, vivos para Dios en Cristo Jesús.


Abandone el impío su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, y vuelva a Yahveh, que se apiada de él, y a nuestro Dios, que perdona continuamente.


Ahora, pues, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres. Tended la mano a Yahveh y venid a su santuario, que él ha santificado para siempre. Servid a Yahveh, vuestro Dios, para que él aparte de vosotros el ardor de su cólera.


Por eso se dice: 'Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y brillará sobre ti Cristo'.


y, superando nuestras expectativas, se entregaron primero al Señor y luego a nosotros por voluntad de Dios,


Y por todos murió, para que los que viven no vivan ya para sí mismos, sino para aquel que por ellos murió y fue resucitado.


pero percibo en mis miembros otra ley que está en guerra contra la ley de mi mente y que me esclaviza bajo la ley del pecado que habita en mis miembros.


pero había que hacer fiesta y alegrarse, porque ese hermano tuyo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido hallado''.


¿De dónde vienen entre vosotros las guerras y de dónde las luchas? ¿No vienen precisamente de aquí, de vuestras pasiones, que hacen la guerra en vuestros miembros?


están repletos de toda suerte de perversión, de malicia, codicia y maldad; llenos de envidia, de homicidios, de riñas, falsía y mala entraña; son difamadores,


De verdad os aseguro: quien escucha mi palabra y cree a aquel que me envió, tiene vida eterna y no va a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.


Porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado'. Y comenzaron a celebrar la fiesta con alegría.


Justas han sido tus sentencias cuando actuaste contra nosotros y contra Jerusalén, la ciudad santa de nuestros padres. Según verdad y justicia actuaste a causa de nuestros pecados.


Mirad que todas las vidas son mías; tanto la vida del padre como la vida del hijo son mías: el que peque, ése morirá'.


Hay quien, hablando, hiere como espada; la lengua de los sabios es medicina.


Pe. La boca del perfecto conversa sabiamente, su lengua habla lo justo;


Porque es abominación para Yahveh quien hace eso, quien comete injusticia.


de suerte que acaben condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.


Pues el amor de Cristo nos apremia cuando pensamos que uno murió por todos. Por consiguiente, todos murieron.


Esfuérzate en presentarte ante Dios de forma que merezcas su aprobación como trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que expone rectamente la palabra de la verdad.


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