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Romanos 3:5 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Pues entonces, si nuestra iniquidad pone más de relieve la justicia de Dios, ¿qué vamos a decir? ¿No será Dios injusto cuando descarga su ira? -estoy hablando a la manera humana-.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Y si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 «Sin embargo —algunos podrían decir—, nuestro pecado cumple un buen propósito porque muestra a otros lo justo que es Dios. ¿No es injusto, entonces, que Dios nos castigue?». (Este no es más que un punto de vista humano).

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Pero si nuestra maldad demuestra que Dios es justo, se podría preguntar: ¿No es Dios injusto al castigarnos? -

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y si nuestra injusticia resalta la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que expresa su ira? (hablo como hombre).°

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y si nuestra injusticia encarece la justicia de Dios, ¿qué diremos? ¿Será injusto Dios que da castigo? (Hablo como hombre.)

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Romanos 3:5
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

-Estoy hablando en términos humanos, a causa de vuestra natural limitación-. Pues bien, así como ofrecisteis vuestros miembros al servicio de la impureza y de la inmoralidad, hasta caer en la inmoralidad total, así también ofreced ahora vuestros miembros al servicio de la justicia, hasta llegar a la santidad.


Hermanos, me serviré de un ejemplo de la vida humana: nadie anula o añade algo al testamento de un hombre debidamente otorgado.


¿Acaso esto que digo es mero razonamiento humano? ¿No las dice también la ley?


¿Qué diremos, pues? ¿Que la ley es pecado? ¡Ni pensarlo! Pero lo cierto es yo no he conocido el pecado sino por medio de la ley. Porque yo no habría sabido lo que era la codicia si la ley no me hubiera dicho: No codiciarás.


¿Qué diremos, pues, que obtuvo Abrahán, nuestro padre según la carne?


Pero, por tu dureza y tu impenitente corazón, estás acumulando ira para el día de la ira, cuando se revele el justo juicio de Dios,


Álef. Dios celoso y vengador es Yahveh, vengador es Yahveh y furibundo, Yahveh se venga de sus adversarios, es implacable con sus enemigos.


Regocíjate por ella, cielo; y también los santos y los apóstoles y los profetas. Porque Dios ejecutó la sentencia que reclamábais contra ella''.


cantan el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: 'Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos tus caminos, rey de las naciones.


Si sólo por motivos humanos luché en Éfeso con fieras, ¿de qué me serviría? Si los muertos no son resucitados, ¡A comer y beber, que mañana moriremos!


No os toméis la justicia por vuestra propia mano, queridos míos, sino dad lugar a la ira [divina]. Porque escrito está: A mí me corresponde la venganza; yo daré el pago merecido, dice el Señor.


¿Qué diremos, pues? ¿Que permanezcamos en el pecado, para que la gracia se multiplique?


Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, para aquellos que están bajo la ley lo dice, a fin de que nadie pueda rechistar y el mundo entero se sienta reo de culpa ante Dios;


Pero, si la verdad de Dios, gracias a mi mentira, salió ganando más para su gloria, ¿por qué yo voy a ser juzgado todavía como pecador?


Lejos de ti tal cosa. Lejos de ti hacer morir al justo con el pecador, y que tenga el justo el mismo trato que el impío. ¿No hará justicia el juez de toda la tierra?'.


¿Puede Dios pervertir el derecho, ni puede Sadday desviar la justicia?


Pero prueba del amor que Dios nos tiene es que, siendo nosotros aún pecadores, Cristo murió por nosotros.


¿Qué más decir? Si Dios está por nosotros, ¿quién contra nosotros?


¿Qué diremos, pues? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han hallado justicia -pero una justicia que viene de la fe-;


Por el contrario, nos acreditamos en toda ocasión como servidores de Dios, con mucha constancia, en tribulaciones, en necesidades, en aprietos,


Porque, mirad: ¡cuánta solicitud produjo en vosotros ese mismo hecho de entristeceros según Dios! ¡Qué disculpas! ¡Qué indignación! ¡Qué temor! ¡Qué nostalgia! ¡Qué preocupación! ¡Qué deseo de justicia! En todo momento habéis demostrado ser inocentes en este asunto.


Porque, si lo que antes derribé lo edifico de nuevo, yo mismo me declaro transgresor.


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