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Romanos 2:4 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¿O es que menosprecias la riqueza de su bondad y de su paciencia y de su comprensión, al no reconocer que esta bondad de Dios intenta llevarte a la conversión?

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Biblia Reina Valera 1960

4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que te arrepientas y abandones tu pecado?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Esto sería aprovecharte de Dios y de su inmensa bondad, paciencia y comprensión, y no ver que esa bondad te quiere llevar a la conversión.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¿O menosprecias la riqueza de su benignidad, de su tolerancia° y de su longanimidad, ignorando que la benignidad de Dios te guía al arrepentimiento?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y paciencia y longanimidad, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?

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Romanos 2:4
51 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No demora el Señor la promesa, como algunos piensan; sino que es paciente con vosotros, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.


Pero Yahveh espera para apiadarse de vosotros. Se alza para compadeceros; pues Yahveh es un Dios justo: dichosos todos los que esperan en él.


Entonces pasó Yahveh delante de él y exclamó: '¡Yahveh, Yahveh! Dios compasivo y misericordioso, tardo a la ira y rico en amor y fidelidad;


para que, iluminados los ojos de [vuestro] corazón, sepáis cuál es la esperanza de su llamada, cuál la riqueza de la gloria de su herencia en el pueblo santo,


para mostrar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia por su bondad hacia nosotros en Cristo Jesús.


En él tenemos la redención por medio de su sangre, el perdón de los pecados según la riqueza de su gracia,


al que Dios públicamente presentó como medio de expiación por su propia sangre, mediante la fe, a fin de mostrar su justicia al pasar por alto los pecados cometidos anteriormente,


Pero tú, Señor, eres el Dios piadoso y compasivo, paciente, amable y fiel.


Considerad que esta paciente espera de nuestro Señor es salvación, como os escribía nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le fue dada.


¡Oh profundidad de la riqueza y de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Qué insondables son sus decisiones, y qué inexplorables sus caminos!


Considera, pues, la bondad y la severidad de Dios: para con los que cayeron, severidad; para contigo, en cambio, bondad divina, si es que te mantienes dentro de esta bondad. De otro modo, también tú serás cortado.


Tú eres bueno, Señor, e indulgente, generoso en favores para todo el que te invoca.


Mas él, enternecido, cubría su pecado y no los destruía, reteniendo su ira muchas veces, no dejando avivar todo su enojo,


Dios, sin embargo, rico como es en misericordia, por el mucho amor con que nos amó,


que no se ejecuten al instante las sentencias, porque entonces el corazón de los hombres se harta de hacer el mal.


Ante todo, sabed que en los últimos días vendrán hombres sarcásticos, que caminarán según sus propios deseos


a los que en otro tiempo rehusaron creer, cuando la paciencia de Dios daba largas, mientras en los días de Noé se preparaba el arca, en la que pocos, o sea, ocho personas, se salvaron por en medio del agua.


A los ricos de este mundo, recomiéndales que no sean altivos, ni pongan su esperanza en cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente para nuestra satisfacción;


En correspondencia, mi Dios colmará todas vuestras necesidades según su riqueza en la gloria, en Cristo Jesús.


En su interior se dice: 'Dios se olvida, tiene oculto su rostro y no verá jamás'.


Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él, y él conmigo.


Pero fui tratado con misericordia, precisamente para que fuera yo el primero en quien Jesucristo demostrará toda su comprensión, hasta convertirme en prototipo de los que habían de creer en él para vida eterna.


al que Dios ha querido dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria.


Entonces, ¿qué? ¿Podemos pecar, puesto que ya no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? ¡Ni pensarlo!


¿Qué diremos, pues? ¿Que permanezcamos en el pecado, para que la gracia se multiplique?


¡Cuántas son, Señor, tus obras, fruto todas de tu sabiduría! De tus propias criaturas la tierra está repleta.


para que se consuelen sus corazones, caminen unidos en amor y alcancen toda la riqueza de la plenitud de la inteligencia en el profundo conocimiento del misterio de Dios, Cristo,


para que os conceda, según la riqueza de su gloria, ser poderosamente fortalecidos por la acción de su Espíritu en vuestro interior;


A mí, el menor de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: la de anunciar a los gentiles el Evangelio de la insondable riqueza de Cristo,


Pues no hay diferencia entre judío y griego, ya que uno mismo es el Señor de todos, que prodiga sus riquezas para con todos los que lo invocan;


para que te acuerdes y te avergüences y ni siquiera te atrevas a hablar a causa de tu confusión, cuando yo te perdone todo lo que has hecho' -oráculo del Señor Yahveh.'


y luego venís y estáis delante de mí en este templo sobre el cual se invoca mi nombre y decís: '¡Estamos salvados!', para seguir luego cometiendo todas esas abominaciones!


'Yahveh es tardo a la ira y rico en misericordia; soporta la falta y la transgresión, aunque no la deja impune, sino que castiga la falta de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación'.


y oró así a Yahveh: '¡Ah Yahveh! ¿No era esto lo que yo me decía cuando aún estaba en mi país? Por eso me apresuré a huir a Tarsis, pues sabía que tú eres clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, y que te arrepientes del mal con que amenazas.


Después se convertirán los hijos de Israel, buscarán a Yahveh, su Dios, y a David, su rey, y acudirán temerosos a Yahveh y a sus bienes, al fin de los tiempos.


Enmudezcan los labios mentirosos, que platican con arrogancia sobre el justo, con orgullo y desdén.


Les daré un solo corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo; quitaré de su cuerpo el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,


que, en medio de graves tribulaciones, han rebosado de alegría y su extremada pobreza se ha desbordado en tesoros de su generosidad.


Y así se os abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.


Le he dado tiempo para convertirse, pero no quiere convertirse de su fornicación.


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