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Proverbios 6:29 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Así sucede con la mujer ajena: no queda impune quien la toca.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Así le sucederá al hombre que duerme con la esposa de otro hombre. El que la abrace no quedará sin castigo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Lo mismo pasa con el que va donde la mujer de su prójimo: el que la toca no quedará sin castigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Así será con el que se llega a la mujer de su prójimo, Ninguno que la toque quedará impune.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Así el que entrare a la esposa de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.

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Proverbios 6:29
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Acerca de lo que me escribisteis, bueno es para el hombre no tocar mujer.


Me llegaré a vosotros para el juicio y seré un testigo irrefutable contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran en falso, contra los que defraudan el jornal del jornalero, avasallan a la viuda y al huérfano y oprimen al forastero mostrando así que no me temen -dice Yahveh Sebaot-.


El uno comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro mancha a su nuera con la impureza, el otro abusa en ti de su hermana, hija de su propio padre.


Yahveh abomina los corazones altaneros; jamás quedarán sin castigo.


Respondió Ajitófel a Absalón: 'Llégate a las concubinas de tu padre, las que él dejó al cuidado del palacio, y así sabrá todo Israel que te has hecho aborrecible a tu padre y se fortalecerán las manos de cuantos te siguen'.


Si un hombre comete adulterio con la mujer de otro, ambos adúlteros morirán sin remisión.


No codiciarás la casa de tu prójimo; ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada de lo que es suyo'.


No te unirás carnalmente a la mujer de tu prójimo, pues quedarías contaminado.


¿Puede alguien caminar sobre brasas sin que se le quemen los pies?


no come en los montes ni alza sus ojos a los ídolos de la casa de Israel, no deshonra a la mujer de su próximo ni se acerca a una mujer durante su regla,


Ponéis la confianza en vuestra espada, cometéis abominaciones, cada cual contamina a la mujer de su prójimo, ¿y vais a ocupar el país?


Como Abrahán solía decir de Sara, su mujer: 'Es mi hermana', Abimélec, rey de Guerar, ordenó que le trajesen a Sara.


Pasado el luto, mandó David traerla a su casa y la tomó por esposa. Ella le dio a luz un hijo. Pero la acción de David resultó desagradable a los ojos de Yahveh.


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