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Proverbios 30:17 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Al hijo que se burla de su padre y desprecia la vejez de su madre, los cuervos le sacarán los ojos, lo devorarán los aguiluchos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 El ojo que escarnece a su padre Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos de la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del águila.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 El ojo que se burla de su padre y desprecia las instrucciones de su madre será arrancado por los cuervos del valle y devorado por los buitres.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 A los ojos que desafían a su padre y se niegan a obedecer a su madre, los cuervos del torrente los arrancarán, los aguiluchos los devorarán.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ojo que se burla del padre y desdeña la obediencia a la madre, ¡Arránquenlo los cuervos del valle y devórenlo los hijos del buitre!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 El ojo que se burla de su padre y menosprecia el obedecer a su madre, los cuervos del valle lo sacarán, y los aguiluchos lo comerán.

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Proverbios 30:17
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Escucha a tu padre, que te engendró; y no desprecies a tu madre en su vejez.


Hay una raza que maldice a su padre y no bendice a su madre;


Quien maldijere a su padre o a su madre morirá sin remisión. Por haber maldecido a su padre y a su madre su sangre caerá sobre él.


Quien desprecia al padre y a la madre, verá morir su lámpara en densas tinieblas.


Rispá, hija de Ayá, tomó un saco y lo extendió para estarse sobre la roca. Y desde el comienzo de la siega hasta que cayeron sobre ellos las lluvias del cielo, no dejó que las aves del cielo se acercaran a ellos de día, ni las fieras del campo de noche.


Y añadió el filisteo a David: 'Acércate, que voy a entregar tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo'.


Tu cadáver será pasto de todas las aves del cielo y de todas las bestias de la tierra, y no habrá nadie que las espante.


El hijo sabio regocija a su padre, el necio desprecia a su madre.


Tres cosas hay que me sorprenden y cuatro que no comprendo:


El hijo honra a su padre, y el siervo a su señor. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy señor, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros decís: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.


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