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Proverbios 29:1 - Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Quien ante los reproches se rebela será aniquilado de repente y sin remedio.

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Biblia Reina Valera 1960

1 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente será quebrantado, y no habrá para él medicina.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Quien se niega tercamente a aceptar la crítica será destruido de repente sin poder recuperarse.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El hombre que se encapricha a pesar de las advertencias será derribado de un golpe y sin remedio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 El hombre que, reprendido, endurece la cerviz, Será quebrantado de repente, y no habrá para él medicina.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 El hombre que reprendido muchas veces endurece su cerviz, de repente será quebrantado, y no habrá para él remedio.

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Proverbios 29:1
41 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso vendrá de pronto su ruina, será destruido de golpe y sin remedio.


Si uno peca contra otro, Dios lo juzgará, como árbitro que es; pero, si uno peca contra Yahveh, ¿quién puede interceder por él?'. Pero ellos no escucharon la voz de su padre, porque Yahveh quería matarlos.


Quien anda con integridad será salvo, quien va por vericuetos caerá en uno de ellos.


No lo digo por todos vosotros pues sé bien a quiénes escogí. Pero cúmplase la Escritura: El que come el pan conmigo, ha levantado su calcañal contra mí.


Jesús le contesta: 'Es aquel a quien yo le dé el bocado que voy a mojar'. Y mojando el bocado, se lo da a Judas, el de Simón Iscariote.


para ocupar el puesto de este ministerio y apostolado, del cual desertó Judas para irse al lugar que le correspondía'.


Cuando estén diciendo: 'Paz y seguridad', entonces, de repente, se abatirá sobre ellos la calamidad, como los dolores de parto sobre una mujer encinta; y no habrá manera de escapar.


pero adquirió un campo con el precio de la traición, cayó de cabeza, reventó y se le salieron todas las entrañas.


Tú los exhortabas a volverse a tu ley; pero ellos se mostraron insolentes, no obedecieron tus mandatos, pecaron contra tus leyes, en cuya observancia se encuentra la vida. Se alzaron de hombros en plan de rebeldía, endurecieron su cerviz, no quisieron oír.


Se rebeló también contra el rey Nabucodonosor, que le había exigido juramento de fidelidad por Dios. Endureció su cerviz y se obstinó en su corazón para no convertirse a Yahveh, Dios de Israel.


Habló Yahveh a Manasés y a su pueblo, pero no le prestaron atención.


Contestó Miqueas: 'Si tú vuelves en paz, es que Yahveh no ha hablado por mí'.


Él le respondió: 'No soy yo el que trae calamidades a Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque habéis abandonado los mandamientos de Yahveh, y os habéis ido tras de los baales.


Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive Yahveh, Dios de Israel, a quien sirvo, que en estos años no ha de haber rocío ni lluvia, sino por orden mía'.


Te servirá de señal lo que les va a ocurrir a tus dos hijos, Jofní y Pinjás: en un mismo día morirán los dos.


aunque ellos no escucharon ni aplicaron su oído, sino que endurecieron su cerviz, de modo que no escucharon ni aceptaron la lección.


Porque sabía que eres obstinado, que un tendón de hierro es tu cuello, y tu frente de bronce,


A estas palabras del profeta respondió el rey: '¿Te hemos nombrado acaso consejero del rey? Acaba ya, si no quieres que te mate'. Pero el profeta concluyó diciendo: 'Sé que Dios ha resuelto destruirte por haber hecho eso y por no escuchar mi consejo'.


Y el profeta dijo al rey: 'Esto dice Yahveh: 'Por haber dejado tú escapar de tus manos al que yo había entregado a mi anatema, tu vida responderá por la suya y tu pueblo por su pueblo''.


¿Quién, por fuerte y sabio que sea, puede provocarle impunemente?


Cuando se alzan los malvados, todos se ocultan; cuando desaparecen, medran los justos.


Castigaré su iniquidad en él, en su descendencia y en sus servidores, y traeré sobre ellos, sobre los habitantes de Jerusalén y sobre los hombres de Judá toda la desgracia que les he predicho, sin que me escucharan'.


¿No se levantarán de repente tus acreedores, y no despertarán tus exactores? Entonces tú serás su presa.


Feliz el hombre que siempre abriga temor; quien endurece su corazón caerá en la desgracia.


Ahora, pues, no seáis fanfarrones, no sea que se refuercen vuestras cadenas, porque he escuchado la destrucción decretada por Yahveh Sebaot, contra toda la tierra.


¿Has rechazado del todo a Judá, o tu alma está cansada de Sión? ¿Por qué nos has herido sin que tengamos cura? Esperábamos la paz, pero no ha habido bien alguno; el tiempo de la sanación, y se presenta el terror.


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